Saúl R. P., el hombre que fue detenido el pasado martes en Corvera por la Policía Local de Oviedo tras huir de la ciudad asturiana por la "Y" a más de 200 kilómetros por hora volvió a hacer ayer de las suyas. Después de jactarse el viernes en los juzgados de que su fuga se debió a la necesidad de deshacerse de "cinco pollos" -gramos de cocaína- y quedar libre a la espera de un juicio penal el jueves, ayer por la tarde dio positivo en una prueba de drogas que le practicó la Policía Local de Gijón, sin llegar a ser detenido, segun fuentes policiales.

El último episodio de los muchos que el propio conductor asegura atesorar en su historial delictivo tuvo lugar en el barrio gijonés del Natahoyo. Los agentes municipales se encontraban realizando un control de alcoholemia rutinario cuando dieron el alto al ya famoso BMW negro "que vuela", según indica su dueño. Los niveles dados en dicha prueba no superaron el umbral de lo sancionable, pero los policías decidieron practicarle una prueba para determinar si había consumido drogas al verle "nervioso".

Dicho test sí resultó positivo, lo que unido al hecho de que la ITV del coche estaba caducada, les llevó a inmovilizar el vehículo sin llegar a detener al conductor, natural de Luarca, pero vecino de Gijón, al cual se le impuso una sanción administrativa por conducir bajo los efectos de unas sustancias ilegales que no fueron concretadas por las fuentes policiales. Tampoco pudieron determinar si el positivo podría deberse al consumo de otras sustancias como antidepresivos, por los cuales dio positivo el martes tras pasarse por el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para hacerse controles de consumo de drogas, posteriormente a su detención.

En aquella ocasión sí había resultado positiva la prueba de alcoholemia, que arrojó un resultado de 0,54 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. Unos niveles que son objeto de sanción y que, aunque no rebasan el límite de los 0,60 que marcan el mínimo de responsabilidad penal, ésta si fue tenida en cuenta por la policía a la hora de tomar diligencias al contrastar que la sustancia podría influir en la conducción temeraria del detenido.

Cabe recordar que el hombre cuenta con numerosos antecedentes y se encuentra en libertad vigilada. A ello se suma que la Fiscalía le pide un año de cárcel por un delito contra la seguridad del tráfico a causa de los sucesos del martes. Una pena que rechazó en el juicio rápido celebrado el viernes para evitar su ingreso inminente en la cárcel, pidiendo la defensa, a cargo de una abogada de oficio, la libre absolución.

A la salida del juzgado, el acusado confesó que su huida se debió a la necesidad de deshacerse de droga que luego tiró por la ventanilla y presumió de no importarle las consecuencias de sus actos. "Soy un delincuente, pero buena persona", alegó el causante de una huida que considera que se hubiese culminado de no haberse confundido de calle.