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Trigésimo aniversario de la mayor tragedia ocurrida en los Picos de Europa

"Fue terrible", rememoran testigos del accidente ocurrido en los Lagos en 1987

La Unidad Canina de Rescate de Asturias homenajea el domingo a los fallecidos hace 30 años al estrellarse un helicóptero junto al Enol

El niño Germán Quintana.

"Pasé en media hora de hablar con el piloto del helicóptero a recoger su cadáver. Fue terrible". El abogado José Luis Llamazares, que en 1987 era miembro del Grupo Rural Especialista de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil, rememoró así el accidente de helicóptero que el 12 de junio de 1987 provocó la muerte de siete personas y cuatro perros rescatadores junto al lago Enol cuando participaban en la búsqueda del niño ovetense Germán Quintana, desaparecido unos días antes y que nunca apareció.

La Unidad Canina de Rescate del Principado de Asturias (UCRPA) ha convocado para el domingo 11 un acto junto al monolito "Estela", que, en las inmediaciones del lago Enol, recuerda la mayor tragedia que han vivido los Picos de Europa por el número de víctimas y de la que se cumplirán el lunes 30 años. Se guardará un minuto de silencio y se depositará una corona de laurel en memoria de los fallecidos, tres asturianos y cuatro miembros del Grupo de Perros de Salvamento del País Vasco, entre ellos la madre de la conocida presentadora de televisión Anne Igartiburu.

En las inmediaciones de Vegarredonda, Llamazares le preguntó al piloto del helicóptero si podía acercar hasta los Lagos, adonde se dirigía, al fotógrafo Nacho Orejas, que cubría la búsqueda del niño desaparecido. La respuesta fue positiva. Llamazares saltó del patín y el aparato partió.

Al rato le llamó su superior y le preguntó si sabía algo del helicóptero, porque se había oído un ruido muy fuerte. Llamazares, temiendo lo peor, salió a toda marcha hacia los Lagos con su patrulla. Antes, al llegar a Enol, Orejas se había bajado del aparato y se había ido a buscar a su compañera de trabajo al Pozu del Alemán. Entonces los presentes se jugaron a los chinos quién bajaba a Cangas de Onís en helicóptero. Los ganadores se subieron al aparato gastando bromas a los perdedores. Segundos después de despegar, el helicóptero chocó contra el Picu Sohornín. Nacho Orejas no oyó nada, pero a su compañera le hablaron del accidente y creyó que el fotógrafo había perecido. Hasta que se reencontraron.

Mientras, Llamazares y sus compañeros llegaban al lugar del accidente y hallaban un escenario dantesco: "Los cadáveres y los restos del aparato, desperdigados". A su mujer le dijeron que se había estrellado un helicóptero y durante unos minutos lo creyó muerto. Orejas llegaba poco después, tras oír por una emisora de la Guardia Civil lo ocurrido. "Había hecho minutos antes fotos de todos ellos, tras jugarse a la paja más larga quién iba en helicóptero y quién en todoterreno. Los saqué ya embarcados, con el piloto mirando hacia arriba... Fue una experiencia muy dura. Me afectó bastante", rememoró Orejas.

José Luis Mosquera, hoy guarda, trabajaba entonces en el retén de limpieza del parque nacional de los Picos de Europa. Estaba en el desaparecido hotel Entrelagos cuando llegó un compañero y contó que había oído "un bombazo". Tardaron cinco minutos en llegar al lugar del accidente. "Fue terrible, bestial. Me marcó", señaló Mosquera, quien, junto a su compañero Ángel Dago, tuvo que limpiar los restos del accidente días más tarde. "Había de todo en un radio de cien metros. Aún estaban los perros. Los enterramos junto a la carretera, con la mayor dignidad que pudimos, en tumbas individualizadas", recordó Mosquera.

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