El número de víctimas mortales del incendio que arrasa desde el sábado el centro de Portugal aumentó ayer a 64, aunque sigue siendo una cifra provisional que se teme siga subiendo. Según las autoridades lusas, el 70% del fuego está dominado, pero el resto sigue siendo preocupante debido a las condiciones del tiempo, con viento y temperaturas que continúan muy altas.

"La tarde ha tenido situaciones complejas y nos ha obligado a confinar y desalojar poblaciones", explicó el comandante de operaciones de los servicios de Protección Civil portugueses, Elíseo Oliveira.

El incendio se declaró el sábado en el término municipal de Pedrógão Grande al impactar un rayo en un árbol seco. El fuego, en el que trabajan más de 2.000 efectivos apoyados por medios aéreos de España, Francia e Italia, se extendió a otros distritos. Al cierre de esta edición había cinco focos activos, que se extendían rápidamente debido al viento.