La Guardia Civil ha desarticulado en Asturias una red dedicada a defraudar a las compañías aseguradoras falseando los partes de accidentes de tráfico leves que acarreaban supuestas lesiones a las víctimas que luego eran tratadas en una clínica de fisioterapia gestionada por sus integrantes. La investigación, que se inició hace tres años, ha permitido detener a ocho personas e imputar a otras nueve mientras que once más han sido investigados por los presuntos delitos de estafa, falsedad documental y fraude a varias compañías aseguradoras. La red llegó a defraudar 194.000 euros falseando partes de accidentes.

Estas empresas habían denunciado la existencia de una presunta red organizada, cuyo fin era obtener lucro económico a costa de ellas a través de siniestros muy leves o con inapreciables daños materiales en los que no intervenía Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la instrucción de atestado pero en los que los ocupantes de los vehículos presentaban serias e inexplicables lesiones cervicales. Las denuncias indicaban que la forma de producirse los accidentes no justificaban los daños de los vehículos y que los desperfectos tenían una dinámica distinta a la que decían los conductores de los coches asegurados.

Una de las compañías denunció a J.C.O. al considerar que pudiera estar implicado en los hechos dado que ejercía de conductor en el accidente de un turismo marca Nissan, modelo Primera, con autorización de su titular y tomador del seguro, D.S.G. Además, la aseguradora vinculaba a J.C.O., administrador de una clínica de rehabilitación donde eran tratados los lesionados con D.S.G., verdadero propietario del centro sanitario y letrado de los reclamantes.

La denominada "operación Colisión Asturias" se centró en buscar comportamiento fraudulentos y descubrir a los posibles autores que hubieran tomado parte en las distintas fases del proceso. En el desarrollo de la investigación se solicitó a las aseguradoras el estudio pormenorizado de siete accidentes de circulación. Así, se determinó que la mayoría de los accidentes lo eran en casco urbano, en todos había declaración amistosa sin llegarse a cumplimentar en su totalidad, los siniestros eran por no respetar la prioridad de paso o colisión por alcance sin que existiera duda sobre el conductor causante.

De los siniestros investigados, J.C.O. era en tres de ellos el conductor del turismo Nissan Primera -propiedad de D.S.G. y que estuvo involucrado en cuatro accidentes- y las personas intervinientes contaban con antecedentes policiales, estaban en situación de desempleo y tenían un nivel educativo bajo. Las víctimas, que se repetían en más de un accidente, presentaban nexos de amistad, relación sentimental o profesional, y se les diagnosticaban traumatismos cervicales aunque en ningún caso los sufría en conductor causante del accidente.