El centro de Portugal vuelve a amanecer en llamas. El número de focos activos descendió desde el triste récord de 268 fuegos en una noche del pasado sábado, pero los que aún siguen sin control elevan ya el recuento de heridos hasta más allá de cincuenta, al menos cuatro de ellos de gravedad. El fuego se acerca ya incluso a las puertas de Lisboa después de los tres incencios que se declararon ayer en Sintra, Loures y Vila Franca de Xira, localidades todas ellas cercanas a la capital portuguesa.

Portugal pidió ayuda la semana pasada para combatir las llamas a través del mecanismo europeo de protección civil y ha conseguido movilizar a lo largo de todo el país a unos 6.500 operarios, incluidas varias decenas de ellos procedentes de España (116 militares y 26 vehículos). En el país vecino han ardido ya 140.000 hectáreas en lo que va de verano, lo que representa tres veces más qie la media registrada en la última década.