"Estaba tomando una cerveza, cerca de casa, y de repente, sonó la alarma sísmica y se empezó a mover todo", declaraba ayer el asturiano Rodrigo Martín, residente en México DF desde hace tres años donde trabaja en una empresa de marketing on-line. "Se sintió fuerte y se nos fue la luz", prosigue en su relato de la que fue su primera experiencia sísmica, "están evaluando los daños y se teme que haya réplica. "Duró unos minutos pero impresiona", declaró Alba Vázquez, ovetense, coordinadora editorial de "Vanity Fair" en México que acababa de salir de un evento cuando sucedió todo. "En la calle se veía a los coches moverse solos", detalló. La incorporación de dispositivos hidraúlicos a los nuevos edificios para hacerlos más resistentes a terremotos hace que la sensación de movimiento en su interior sea todavía mayor. "Los turistas se asustan mucho", indicó la joven ovetense.