La Policía Nacional y la Guardia Civil, en una operación conjunta, han conseguido desarticular a un grupo criminal dedicado a la comisión de robos a empresarios en Asturias y León. Los arrestados, a los que se les atribuye el asalto y una brutal agresión al empresario César Zarceño en su domicilio de Oviedo en 2015, enterraron perfectamente empaquetado material sustraído durante sus acciones delictivas, y las armas, en las inmediaciones de una finca perteneciente a uno de los integrantes del grupo. En la operación han sido detenidas ocho personas y se han recuperado varios efectos procedentes de los robos como relojes de gama alta, por valor de 400.000 euros.

La investigación comenzó en diciembre de hace dos años, cuando cuatro individuos encapuchados y armados con pistolas asaltaron la vivienda ovetense del promotor inmobiliario. Los asaltantes golpearon repetidamente a la víctima y maniataron a su mujer y a una empleada de hogar, hasta que lograron que abriese la caja fuerte y se apoderaron de un gran número de relojes de gama alta, joyas y una importante cantidad de dinero.

Tras activarse los mecanismos de cooperación policial, los agentes descubrieron un hecho similar cometido en el mes de mayo de 2016. En esta ocasión, el objetivo era un empresario leonés que se encontraba en una nave industrial de un pequeño pueblo de la montaña leonesa. Igualmente los asaltantes iban con el rostro tapado y portaban pistolas. Tras inmovilizar al gerente y a un empleado, sustrajeron diversos objetos tasados en más de 400.000 euros y también lograron escaparse con un vehículo.

Después de meses de indagaciones se determinó que las personas que habían cometido los asaltos pertenecían a una organización criminal dedicada a la comisión de robos. Esta red estaba perfectamente estructurada, en la que cada integrante desempeñaba una labor específica.

En primer lugar, los agentes arrestaron a tres de los integrantes de la banda, todos asturianos y practicantes de kickboxing, antes de que ejecutaran un nuevo robo, si bien no recuperaron ningún efecto de los sustraídos. Tras localizar la posible ubicación del botín, los agentes detuvieron a la pareja de otro miembro de la trama y registraron la finca donde residía. La búsqueda se llevó a cabo con un detector de metales y se hallaron enterrados en las proximidades de la vivienda joyas y relojes, perfectamente empaquetados y aislados de la humedad. Además se hallaron 11.000 euros en efectivo y manuscritos con descripciones, horarios y rutinas de sus posibles víctimas.

También, en otra parte de la finca, se halló otro zulo enterrado aproximadamente a unos treinta centímetros de profundidad. En el lugar se hallaron cuatro pistolas con numerosa munición enterradas y precintadas. Una vez intervenidos estos efectos, se confirmaron que se trataba de los relojes robados al empresario leonés, así como que las armas halladas habían sido las mismas que fueron utilizadas por los asaltantes en el robo en Oviedo, por lo que se procedió a la detención de los miembros restantes de la banda y se les puso a disposición judicial.