Hacer ruido en su panadería podría salir caro al propietario de un honor industrial de Serantes, en Tapia de Casariego. El hombre fue denunciado por sus tíos, que tienen una propiedad anexa al local, por contaminación acústica y podría ser condenado por cometer un presunto delito contra el medio ambiente.

El juicio se celebrará el lunes en el Juzgado de lo Penal número 2 de Avilés. La Fiscalía solicita una pena de dos años y medio de prisión, inhabilitación por el mismo tiempo y el pago de una multa de 5.760 euros.

El fiscal asegura que el propietario de la panadería, en estos momentos cerrada al público, desarrolló su actividad sin tener en cuenta las emisiones y vibraciones de la maquinaria, que afectaban a la salud de los inquilinos de la vivienda anexa, propiedad de sus tíos.

En el asunto medió sin éxito el Ayuntamiento de Tapia de Casariego. En 2013, el Consistorio hizo un requerimiento al propietario para que acometiera las obras de insonorización oportunas en un plazo de dos meses. Ante la presunta pasividad del panadero, los propietarios de la vivienda anexa decidieron poner el caso en manos de la justicia.

Según su versión, aquel año un arrendatario desistió del contrato "por la intensidad de los ruidos provenientes de la panadería". En agosto de 2013 una empresa experta en materiales de construcción registró 40.9 decibelios A y 47.4 decibelios A, cuando el límite legal oscila entre los 30 y los 28 decibelios A. Este informe fue el que puso en alerta al Ayuntamiento. Además, según los denunciantes, el panadero abría las puertas y ventanas del local en verano, lo que hacía insoportable la estancia en la casa.

En octubre de 2015, las mediciones de la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente concluyeron que la panadería seguía superando los niveles de ruido permitidos. El Laboratorio de Acústica Merino Ingenieros realizó nuevas mediciones en julio de 2016 con el mismo resultado.

A la denuncia se sumó un informe forense que explica que la exposición continuada a estos niveles de ruido son potencialmente generadores de pérdida de audición, trastornos del sueño y molestias en la conversación.