Lamonte McIntyre, un estadounidense de 41 años, ha sido puesto en libertad tras pasar 23 años en la cárcel por dos crímenes que no cometió. Este hombre de color, natural de Kansas, fue condenados en 1994 a dos cadenas perpetuas por dos asesinatos en base al testimonio de varios testigos que finalmente se retractaron. El caso presentado por el fiscal se basaba solo en estos testimonios, sin que presentase otras pruebas físicas que vinculasen al hombre con los crímenes. Ha sido otro fiscal, Mark Dupree, quien pidió al juez la excarcelación al considerar que se había cometido "una injusticia".