La región griega de Ática, al oeste de Atenas, hacía ayer recuento de daños y víctimas por las lluvias torrenciales registradas durante gran parte de la semana y que han dejado un reguero de ruina, al menos 19 muertos y varios desaparecidos. Con la red de transportes colapsada y graves daños en carreteras y propiedades, el Gobierno heleno convocó una reunión de emergencia.