Los investigadores no han podido esclarecer ayer las causas por las cuales un autobús escolar fue arrollado anteayer jueves por un tren regional cerca de Perpiñán, al sureste de Francia, provocando la muerte de cinco menores, lo que ha abierto la puerta a la controversia. Todos los focos están centrados en el paso a nivel del municipio de Millas en el que tuvo lugar la colisión a las 16.03 horas, poco después de que 23 alumnos del colegio Christian-Bourquin de esa localidad acabaran sus clases y montaran en el autobús que les conducía a su pueblo, Saint-Féliu-d'Avall.

El vehículo fue arrollado por un tren regional, que lo partió en dos, provocando heridas a todos sus ocupantes. Cuatro murieron anteayer y un quinto, un niño de 11 años, falleció ayer.

Mientras que la empresa de autobuses sostiene, apoyándose en el testimonio de la conductora, que las barreras del paso a nivel estaban subidas y los indicadores de cierre apagados, la empresa nacional de ferrocarriles SNCF baraja testimonios que apuntan lo contrario. El fiscal sostiene haber interrogado a 14 testigos de la escena y, aunque no todos cuentan lo mismo, la mayoría apunta que las barreras estaban bajadas. El fiscal aseguró que todavía no ha podido hablar con la conductora, algo que espera hacer cuando su estado de salud mejore.