Un caso de presuntos abusos sexuales continuados de un padre a su hijo menor de edad desde que este tenía ocho años fue destapado el pasado mes de marzo tras una agresión con arma blanca durante una discusión familiar. La víctima, que en la actualidad tiene 17 años, acabó confesando a los agentes que llevaba años sufriendo en silencio las agresiones sexuales de su propio padre pero que nunca se había atrevido a denunciarlo.

El arrestado en Valencia por estos graves hechos, en prisión provisional desde entonces, se enfrenta ahora a una pena de 19 años de prisión por un delito continuado de agresión sexual y otro de lesiones, según la petición del ministerio fiscal. En el juicio celebrado ayer en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia el acusado se negó a contestar tanto a las preguntas de la fiscal como de su propio letrado hasta escuchar la versión de su hijo.

El testimonio de éste fue clarificador y sobrecogedor al relatar los pormenores de las violaciones que desde bien niño tuvo que padecer presuntamente. De hecho, en ocasiones «tenía que escapar de casa corriendo de noche y me quedaba a dormir en el portal, muerto de frío», para evitar estar cerca de su padre. Agentes de la policía lo encontraron precisamente una noche tirado en un portal, cuando tenía unos catorce años, y lo llevaron hasta su casa. En aquel momento no se atrevió a contar lo que pasaba. «Me daba mucha vergüenza y no me sentía con fuerza para decirlo», reconoció la víctima.

Los presuntos abusos sexuales comenzaron en el año 2008 cuando el acusado se introducía por las noches en la cama de su hijo de ocho años, el mayor de tres hermanos, y le realizaba tocamientos en sus partes íntimas. Estos dieron paso a relaciones sexuales consumadas y frecuentes, de ahí que la fiscalía solicite quince años de prisión por el delito continuado de agresión sexual.

De igual modo también pide una pena de cuatro años más por el delito de lesiones ya que en la madrugada del pasado 8 de marzo de 2017 padre e hijo discutieron y el primero, «blandiendo un cuchillo», le produjo un corte en un pie. Fue precisamente esta agresión la que a la postre permitió a la policía destapar la pesadilla que llevaba padeciendo el menor.