Un kamikaze que circulaba en dirección contraria por la autopista A-8, a la altura de la localidad cántabra de Caviedes, provocó anteanoche la muerte de dos jóvenes, conductor y ocupante de un coche que no pudo esquivarlo en plena noche.

David Duque, de 26 años, y Ana Capellín, de 24 (ayer iba a celebrar su vigesimoquinto cumpleaños), eran matrimonio, se habían casado recientemente y residían en la localidad de Los Corrales de Buelna. El kamikaze, Rafael Quevedo, de 48 años, también falleció tras el brutal choque frontal. Los coches afectados quedaron convertidos en un amasijo de hierros y los bomberos tardaron horas en excarcelar a las víctimas, lo que provocó el corte de la carretera.

Eran aproximadamente las nueve de la noche de anteayer. El escenario, el municipio cántabro de Valdáliga, en el kilómetro 252 de la A-8. Lo que parecía un tranquilo viaje de vuelta a casa para David Duque y Ana Capellín se convirtió en un segundo en una pesadilla que les costó la vida.

Frente a ellos, un coche en dirección contraria al sentido de la marcha en la autopista. La velocidad propia de las características de una autovía favoreció el desastre que causó una profunda consternación en la zona donde residían los tres fallecidos. Entre los telegramas de condolencia, el del presidente de la comunidad autónoma de Cantabria, Miguel Ángel Revilla.

Las víctimas eran personas muy conocidas en Los Corrales. En concreto, David Duque era nieto de uno de los exalcaldes de la localidad.

La Guardia Civil de Tráfico revisaba ayer las cámaras de seguridad vial del entorno donde ocurrió el choque mortal para determinar en qué punto accedió el supuesto kamikaze a la A-8. Se barajaban dos hipótesis que tienen como escenarios dos gasolineras cercanas. Una es la estación de servicio de Caviedes y otra la gasolinera instalada en las afueras de la localidad de Lamadrid.

La Jefatura de Tráfico de Cantabria, en declaraciones de su máximo responsable José Miguel Tolosa, cree que una cámara ubicada en el kilómetro 258 de la A-8 podría aclarar si el vehículo conducido por Quevedo, que también vivía en Los Corrales de Buelna como las otras dos víctimas mortales del siniestro, entró en sentido contrario en la autovía en Lamadrid o en un "punto intermedio" como la estación de servicio de Caviedes.

El kamikaze estuvo a punto de provocar algún otro choque frontal en su recorrido suicida, según recoge una de las cámaras de la autopista instalada en el interior de un túnel. En las imágenes se ve cómo se cruza con varios coches, uno de los cuales lo sortea por centímetros apartándose por la derecha del coche que circula en dirección contraria en una maniobra in extremis que le salvó la vida. Las imágenes nocturnas son borrosas y apenas duran unos segundos pero impactan. Los avisos de alarma no sirvieron para nada porque instantes más tarde el kamikaze se estrella.

La Guardia Civil de Tráfico se encargó de la investigación del accidente mortal y se está a la espera de que elabore el preceptivo informe que será remitido al juzgado correspondiente. El elemento central de ese informe es el resultado de la autopsia al cadáver de Rafael Quevedo, el conductor que circulaba en sentido contrario, por si hubiera circunstancias que explicaran su entrada equivocada en la autovía.