El municipio de Panes permaneció ayer conmocionado por el fallecimiento de Carmen Ibáñez, la mujer de 86 años que murió al caerle encima una paca de hierba. La iglesia parroquial acoge este mediodía el funeral por la víctima, a la que ayer se le practicó la autopsia. Numerosos vecinos acudieron al tanatorio de Panes para trasladar sus condolencias a la familia, muy conocida en el concejo. Pero el caso pone de relieve la negra estadística del campo: la de los accidentes laborales que en muchas ocasiones quedan al margen de los balances oficiales. La mayoría de víctimas son autónomos o personas jubiladas que colaboran en explotaciones de sus familiares.

Con todas esas ausencias, la actividad agrícola es el quinto sector en siniestralidad, según el Ministerio de Trabajo. Se producen al mes 443 accidentes por cada cien mil empleados, más de la mitad de los que se registran en la construcción o en las actividades extractivas. Algunos expertos reclaman incorporar a las labores agrícolas y ganaderas conceptos como la prevención de riesgos, asentados en otras actividades.

"Hemos sentido mucho el accidente de Carmen, porque era una mujer muy activa y conocida en el pueblo", aseguraba ayer una vecina de Panes. El alcalde del municipio, José Manuel Fernández, también lamentó el suceso. "Poco se conoce sobre las desgraciadas circunstancias en las que se produjo el accidente", dijo. La víctima fue encontrada por su hijo, que se había ausentado de la explotación unos minutos, los suficientes para que ocurriese la fatalidad.