La operación contra el clan de proxenetas de los Sandulache -adelantada por LA NUEVA ESPAÑA en diciembre- se saldó al final con doce personas arrestadas, aunque ninguna de ellas está ya en prisión, incluidos los líderes del grupo, los hermanos Cristian Alin y Sebastián Sandulache, investigados por multitud de delitos: robos con fuerza y con violencia, lesiones, hurtos, sin olvidar del tráfico de seres humanos. El clan está considerado por la Policía como el más activo de Asturias. Los dos hermanos afrontan penas que suman 243 años en el juicio programado en la Audiencia a partir del 5 de febrero. Otras cuatro personas les acompañarán en este juicio, resultado de una operación de 2013 y que permitió liberar a once mujeres.

Respecto a la operación de diciembre, hay al parecer dos testigos protegidas. Los agentes se incautaron de varios vehículos de alta gama por un valor de más de 250.000 euros, así como varios gramos de cocaína destinados a su tráfico en los clubes de alterne a los que llevaban a las mujeres obligadas a prostituirse.

Aunque la Policía desarticuló el grupo en 2013, el clan fue aumentado con la llegada desde Rumanía de la matriarca, así como otros hermanos y sobrinos, casi siempre menores. Estos "jovencitos" captaban a sus víctimas, chicas en el límite de la mayoría de edad, mediante el método del "lover boy". Viajaban desde Rumanía para trabajar de camareras, pero al llegar a España eran obligadas a prostituirse por "su novio", les quitaban el móvil y eran controladas por las mujeres de la organización -hay dos detenidas- en pisos patera de Oviedo, donde vivían encerradas y hacinadas. Las jóvenes eran amenazadas -incluso con hacer daño a sus padres o hijos- y sufrían palizas y violaciones frecuentes. Tenían que sacar un mínimo de mil euros semanales, pero sólo veían 200 si se portaban bien. Los implicados están defendidos por Jorge García Gómez y Ricardo Álvarez-Buylla, entre otros.