El aumento del caudal del río Sena mantiene en vilo a los parisinos, que vigilan el riesgo de nuevos desbordamientos después de que los servicios de emergencia anunciaran que su nivel continuará subiendo y que podría llegar incluso a los 6 metros. El Sena se elevó tanto que los botes fluviales no pueden pasar por los antiguos puentes que rodean la catedral de Notre Dame, y a los turistas y vecinos se les recomienda no acercarse a la orilla por riesgo de remolinos.