Aseguran quienes le conocen bien que lo único que quiere es irse a la "casa" de su esposa. Sólo que su mujer no tiene ahora casa propia, pues vive en una residencia de ancianos de Llanes. Él tiene 72 años y también reside en otro asilo, pero de Ribadesella. Y fue esa obsesión por irse a la "casa" de su mujer la que le hizo coger su coche y conducir en sentido contrario por dos veces en la autovía del Cantábrico, los días 7 y 14 de este mes. En realidad, "no es un 'kamikaze', ni pretende hacer daño a nadie, simplemente no está bien", señalaron ayer familiares de su mujer.

C. M., siciliano de nacimiento aunque residente la mayor parte de su vida en la isla de Isquia, en el archipiélago napolitano, regentó junto a su esposa un hotel en Ribadesella. El matrimonio se pasaba seis meses en España y los otros seis en Italia. Años después de jubilarse, la salud de la mujer, A. B., se deterioró. Afectada por la enfermedad de Párkinson y por problemas de movilidad, una de sus hermanas le aconsejó ingresar en una residencia llanisca. Así lo hizo.

C. M. se quedó entonces solo y, según personas allegadas a la familia, perdió sin ella su "punto de referencia". Tanto así que "se abandonó" y estuvo varios días sin acudir al hospital a sus sesiones de diálisis, lo que deterioró seriamente su salud. Y el entendimiento. Fue entonces cuando decidió coger el coche e irse a ver a su mujer. Sólo que en el cruce de Piñeres de Pría, en vez de tomar el camino correcto, se equivocó y avanzó a contramano por la Transcantábrica durante 12 kilómetros, de Piñeres a Celoriu.

Fue interceptado por la Guardia Civil y dio negativo en la prueba de alcoholemia, aunque parecía aturdido. No comprendía qué mal había causado. Una semana después, el día de San Valentín, repitió exactamente la misma operación, y volvió a tomar la calzada equivocada. Tras el aviso de otro conductor, de nuevo fue interceptado por la Guardia Civil, en esa ocasión tras circular 6 kilómetros en sentido contrario, entre Piñeres y Naves. "Hasta hace poco estaba obsesionado con regresar a Italia, pero ahora está empeñado irse a la 'casa' de su mujer. Los dos están muy contentos y bien tratados en sus respectivas residencias, y por eso ninguno de los dos quiere cambiarse a la otra", indicó una familiar de la riosellana.