Cultivar marihuana en España y venderla en el Reino Unido es un gran negocio, ya que allí se cotiza al doble. Las mafias chinas están dedicándose cada vez más a este "negocio". En 2017, la Unidad Contra la Delincuencia y el Crimen Organizado de Madrid, en colaboración con otras unidades de España, desarticuló varios grupos de chinos que operaban en Galicia, Madrid, Castilla y León y Cataluña. También cayó el pasado diciembre un criadero instalado en un chalé de Ciudad Naranco, en Oviedo, donde los agentes hallaron 526 kilos de marihuana, también con destino al Reino Unido. En total, la policía española se ha incautado de 55 toneladas de marihuana en el último año, con más de 60 detenidos, cuatro de ellos en Oviedo.

El pasado fin de semana, la Policía informó de la desarticulación de una organización integrada por ciudadanos chinos que enviaba marihuana a Gran Bretaña en botes de pintura, en una operación con doce arrestados y 370 kilos de droga decomisados. La red contaba con diferentes naves industriales en Madrid, perfectamente acondicionadas para el cultivo 'indoor', y un centro logístico para la distribución.

No se trata algo nuevo para la Policía, que desde 2016 persigue a estas mafias chinas que, además de traficar con droga, explotan a compatriotas sin papeles. Primero se localizaron en el corredor del Henares 16 naves dedicadas al cultivo, regentadas por un grupo que tenía como base de operaciones una inmobiliaria, que conseguía y adaptaba los locales. Tenían conexiones con otros grupos por todo el territorio nacional. De esta operación se ha hecho cargo la Audiencia Nacional.

El "modus operandi" es siempre parecido. Inicialmente se detectaron grupos pequeños de empresarios chinos que firmaban un papel por el que se comprometían a financiar la puesta en marcha de naves y recibir parte del beneficio, mientras otros se encargaba de su explotación.

Para la distribución suelen contar con chóferes que realizan viajes a diferentes provincias para ir a empresas de envíos y mandar al Reino Unido paquetes con los típicos artículos de bazar en los que esconden la droga. Todo lo hacen con documentación falsa. Importan desde China todo lo necesario para las naves, desde los equipos de aire hasta los maceteros y la tierra para las plantas, y custodian las plantaciones con compatriotas sin papeles en condiciones infrahumanas.

Les dan una cantidad de dinero ínfima, comida y tabaco por estar 24 horas guardando la nave. La mayoría no habla español y muchos ni saben en qué localidad están. Los cabecillas no tienen residencia en España, sino el Reino Unido y en algún caso de Italia o Polonia. Montar una nave para el cultivo "indoor" cuesta unos 150.000 euros y la Policía calcula que esta cifra la tenían amortizada los arrestados con dos cosechas. Cada tres meses recogen una. Además no pagan el gran gasto en electricidad, haciendo desfalcos espectaculares. En una nave de Burgos, el consumo superaba al del pueblo más cercano, y una nave de Madrid, la de un centro comercial.