El peor aterrizaje que podría hacerse. Un parapentista de 58 años resultó herido de consideración después de precipitarse desde una altura de unos cincuenta metros en la subida al Gamoniteiro, en la cara sur de La Peral, en la sierra del Aramo (Riosa). Unos testigos observaron cómo el parapentista se precipitaba al suelo y quedaba completamente inmóvil. Además no contestaba a sus llamadas, lo que hacía pensar que su estado era muy grave, si no algo peor. No era la una y media de la tarde de ayer.

Mientras acudía el helicóptero de Rescate de Bomberos del SEPA, las personas que habían visto la caída trataron de atender como pudieron al herido. Afortunadamente, estaba consciente. No obstante, cada minuto contaba. El médico del servicio de rescate ofreció las primeras atenciones al herido en el mismo lugar del accidente.

Presentaba al parecer policontusiones de pronóstico reservado. Poco antes de las dos de la tarde, el helicóptero de Bomberos partió del lugar del accidente, con el herido inmovilizado en una camilla. A las dos y cuarto de la tarde ingresaba en el HUCA.

No es el primer parapentista accidentado en Asturias. En octubre de 2014, un parapentista noruego se accidentó al precipitarse al suelo mientras sobrevolaba el cerro de Santa Catalina en Gijón. Dos surfistas lo vieron caer y avisaron a los servicios de emergencia.

Más grave fue el incidente registrado en abril de 2010, cuando un parapentista de 55 años perdió la vida al caer al agua mientras practicaba este deporte en las inmediaciones la playa Peña Doira, al oeste de Faro Vidio, en Cudillero. Un año antes, en julio de 2009, fallecía un vecino de Tudela Veguín de 58 años al caer con su parapente en la playa de Xagó. Un mes antes, moría un joven de 24 años en Gijón.

Uno de los incidentes más graves se produjo en Boñar en 2003, cuando un helicóptero de la Guardia Civil se estrelló cuando trataba de rescatar a un hombre accidentado en parapente. Afortunadamente no se produjeron fallecidos, pero pudo ser una tragedia.