El gijonés fallecido en el brutal accidente de tráfico ocurrido en la mañana de ayer en Logrezana (Carreño), Andrés Fernández Díaz, de 45 años, fue incinerado ayer en el tanatorio de Las Arenas de Luanco en la más estricta intimidad familiar.

Andrés Fernández Díaz conducía un Ford Focus que, por razones que se investigan, invadió el carril contrario, colisionando con una cuba de cemento que se salió de la calzada a consecuencia del brutal impacto. La muerte del gijonés se produjo prácticamente en el acto. El cadáver quedó atrapado en el interior del vehículo y tuvo que ser excarcelado por los Bomberos.

Ayer por la mañana se practicó la autopsia en el Instituto de Medicina Legal de La Corredoria, en Oviedo, tras lo que el cuerpo fue trasladado al tanatorio luanquín, donde esperaban los familiares. Todo apunta a una posible distracción o cansancio del conductor fallecido, según fuentes de la Guardia Civil.