Maggie ya descansa en su Letonia natal. Esta semana vinieron a Asturias sus padres, una tía y un cuarto familiar, que cumplieron con el penoso deber de hacerse cargo de las cenizas de la joven estudiante fallecida al intoxicarse con hojas de texu hace dos semanas. Los familiares, que llegaron a Asturias por carretera, tras aterrizar en Santander, se mostraron convencidos de que el fallecimiento de esta joven de 20 años fue "un desgraciado accidente".

Varios asturianos ayudaron a esta familia, destrozada por la pérdida de la joven, a realizar los trámites y les acompañaron en el periplo seguido en la región para hacerse cargo del cadáver. Ninguno de ellos hablaba castellano, solo el más joven se hacía entender en inglés, por los que estas personas de Asturias les hicieron de traductores.

El momento más emocionante fue la visita de los parientes de Megija Bogdanovica a la aldea de Eros, en Quirós, junto con agentes de la Guardia Civil. Allí estuvieron en la cabaña donde la joven pasó sus últimas horas y donde fue encontrado su cadáver en la mañana del pasado 30 de abril.

Confidencias a un diario

Los padres de la joven se hicieron cargo de los enseres dejados por Maggie, incluido un diario y el pasaporte. Los familiares no desvelaron las confidencias que se contenían en el cuaderno. En todo momento se refirieron al "accidente de Maggie", nunca a un posible suicidio, aunque el pasado 30 de abril, cuando supieron por LA NUEVA ESPAÑA del fallecimiento de la joven preguntaron expresamente si la muchacha, estudiante de Medicina en la Universidad Stradins de Riga, se había quitado la vida.

Luego, el cuerpo fue incinerado en la Funeraria San Pablo de Oviedo, donde se les entregaron las cenizas de la joven. Los familiares se cercioraron de cumplir todos los requisitos para no tener problemas con las cenizas en el momento de la entrada en Letonia. No indicaron cuál será el destino de los restos de Maggie, cuya muerte conmocionó a Asturias. Tras cumplimentar todos los trámites judiciales, partieron con destino a Letonia.

Maggie fue hallada el pasado 30 de abril en la vivienda de una familia danesa en la que residía mientras sus habitantes estaban de viaje a Barcelona. La mujer que la encontró, una joven londinense, señaló que ya el día antes la había ido a buscar y que no le había contestado.

Posible infusión

Según los resultados de la autopsia, la joven falleció como consecuencia de la ingesta de hojas de texu, y se especula con la posibilidad de que fuera en infusiones porque, según los testimonios de los vecinos del lugar, ella les habría contado que su abuela solía tomarlas y habría preguntado donde encontrar estos árboles considerados sagrados en la antigüedad. Los vecinos se mostraron extrañados ante esa historia de su abuela, ya que es público y notorio que el texu es un árbol muy venenoso. Así se lo advirtieron. Otras personas especularon con que la joven hubiese querido automedicarse, dado el uso medicinal de algunos principios activos del texu para el tratamiento de algunos cánceres o como antiespasmódico. También es cierto que el texu se conocía en la antigüedad como el árbol de la muerte, usado para suicidarse.

Los investigadores de la muerte de Maggie se pusieron en contacto con la familia, que habría preguntado si la causa de la muerte había sido el suicidio. Las fuentes consultadas indicaron que tras explicarles las circunstancias en las que fue hallado el cuerpo, se les interrogó sobre la vida y circunstancias personales de la joven con el objetivo de dar por cerrado el caso. Un misterio que no ha sido desvelado.