Una llamada al 112 advirtiendo de la presencia de un kamikaze en la Autovía del Cantábrico (A-8), a la altura del kilómetro 360, despertó ayer todas las alarmas a las seis menos diez de la tarde. El informante aseguraba que el vehículo, un turismo, circulaba hacia Santander, pero por los carriles en sentido a Gijón. De inmediato, se cerró al tráfico, por protocolo, el paso por el túnel de Villaviciosa en sentido Gijón.

El túnel estuvo cerrado hasta las seis y media de la tarde, unos cuarenta minutos, lo que provocó retenciones de dos kilómetros. Dos patrullas de la Guardia Civil de Tráfico acudieron a la zona para localizar al kamikaze, pero no lo encontraron y se reabrió el túnel.