Lo apuntó en el debate de investidura y ayer lo ratificó en una comparecencia ante los medios de la comunicación en la Junta General del Principado. Mercedes Fernández, la presidenta del PP asturiano, no hará concesión alguna al Gobierno del socialista Javier Fernández a corto plazo. Después de pactar con el PSOE a finales del pasado año los Presupuestos de la comunidad autónoma para 2015, los populares han decidido romper cualquier tipo de relación con el Ejecutivo regional. Al menos por el momento. Habrá que ver qué pasa en las elecciones generales de diciembre.
Los populares asturianos están convencidos de que en los comicios legislativos van a obtener unos resultados mucho mejores que los de los autonómicos y municipales del pasado mayo. Para ello confían en recuperar gran parte de los votos que hace cuatro años fueron a parar al partido de Francisco Álvarez-Cascos. El PP considera que Foro está claramente a la baja y que su recuperación es imposible una vez que su fundador ha pasado, como poco, a un segundo plano político. Endurecer su estrategia de oposición tiene mucho que ver con ese ansia de ocupar el espacio que le arrebataron los casquistas en las elecciones generales de 2012.
La pérdida de la Alcaldía de Oviedo ha hecho mella, mucha, en el PP asturiano. Y ésa es otra de las razones por las que denegarán cualquier tipo de apoyo -incluso el diálogo- al Gobierno socialista. Porque los populares consideran una afrenta que el PSOE aceptase los votos de Podemos e IU para hacerse con la presidencia de la Corporación local ovetense a pesar de haber obtenido su peor resultado electoral en la capital del Principado desde la instauración de la democracia.
Los populares quieren también acabar con el soniquete del pacto PP-PSOE en Asturias, gran arma propagandística de Foro primero y de Podemos en los últimos meses. Su pretensión es que la gran pugna electoral en Asturias sea entre socialistas y populares, no entre el bipartidismo y los grupos políticos de nueva creación, Podemos y Ciudadanos.
