Wenceslao López Martínez, alcalde de Oviedo, no quiere quejarse de la herencia recibida, pero tiene en el despacho un reloj que no funciona desde tiempo atrás. Es uno de esos relojes pegados al tabique que, al no estar en funcionamiento, son llamados "reloj de paré". Pero Wenceslao siente el compromiso de que todo funcione en el Ayuntamiento y ha pensado enviarlo a reparar. Si fuera un reloj electrónico, el informático jubilado que es sabría bien cambiarle la pila o la pieza correspondiente, pero la mecánica le queda muy atrás y ni siquiera sabe cómo darle cuerda o lo que sea que ponga en funcionamiento el mecanismo. Afortunadamente, es una reparación que se puede externalizar y no hace falta que lo caciplen las seis manos del tripartido, empezando por las dos de Wenceslao, alcalde físico de Oviedo con el apoyo de la alcaldesa moral, Ana Taboada Coma, de Somos Oviedo, y del alcalde emérito, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi", de Izquierda Unida, unidos para reparar lo que dejó parado el exalcalde no electo Agustín Iglesias Caunedo.
En corto y por derecho
