En corto y por derecho

Un coche que sólo usan los presidentes

Hay coches llamados para la gloria. Miguel García, Miguelo, presidente de la asociación de empresarios de salas de fiestas de Asturias, se pasea estos días en el Audi que acaba de comprarse un amigo suyo por 15.000 euros. Es, sin duda, un coche de presidente. Pero no sólo de presidente del sector más nocturno de la hostelería asturiana, sino de presidente de todos los asturianos. De hecho el vehículo proviene, según el propio Miguelo, de la flota del Principado y era el que en sus tiempos utilizó el presidente Vicente Álvarez Areces y que luego vendió quien le sucedió, brevemente, en el cargo, Francisco Álvarez-Cascos, quien decidió apearse de las marcas premium antes de ser apeado del poder por los votantes.

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