230424LNE ANGEL GONZALEZ 173522080

Peste de libretistas

Después de siglos de épica, España lleva ya dos entregada a la dramática, y no parece capaz de salir del género. Es verdad que, felizmente, las obras en cartel ya no son tan trágicas como las de mediados del XX, pero la tensión conflictual prolonga el género. Cuando nos libramos del franquismo, que era un enquistamiento represivo del conflicto y el miedo (cebado por la memoria de la sangre), mantuvo el hilo de la tensión el terrorismo, y cuando nos libramos del terrorismo llegó enseguida el secesionismo que se dice pacífico. El caso al final es no tener paz. Al fondo del fondo está la angustia existencial de España, su no vivir que aún vive en nosotros, que cuando cuelga un traje el que ha tomado hábito se busca otro. Habrá que acostumbrarse al dramatismo crónico, porque no queda otra, pero, caramba, algún día habrá que deshacerse de los libretistas, y hacer sitio a la lírica.

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