En corto y por derecho

Alicatado catalán

¡Qué más quisiera Artur Mas que hacerle una buena reforma a Cataluña y a España! Básicamente poner un tabique, aunque sea de pladur, de esos que pueden echarse abajo sin muchos problemas si uno no acaba por sentirse cómodo en la nueva estancia. Éstos son tiempos de redecoración política: hay quienes quieren reformar el sistema de financiación autonómico, otros plantean renovar las tuberías de la Constitución...

Mas, presidente en funciones de Cataluña que no sabe qué será de él mañana, se halla en el sinvivir de la incertidumbre por cómo podrá llevar a cabo su proyecto de reformas estructurales en esa estancia de la España de las autonomías que es Cataluña. No le queda más que formar una UTE para ponerse manos a la obra y tabicar como sea la puerta que comunica con el resto de habitaciones del país. Y pese a que Europa ya le ha dicho que quedarse en un cuarto sin ventanas ni entradas es un poco absurdo, Mas sigue erre que erre. Para poder pactar con la CUP deberá ampliar el abanico de posibilidades. Así que lo mismo le toca alicatar un país, que una república o, por contra, quedarse con el cuarto tal y como está, suspirando por lo bonito que habría quedado. Sea como sea, si hay obra, no está claro por el momento quién se queda el 3 por ciento de la construcción de un país.

Aunque, la verdad, quizás Artur Mas esté algo escamado, porque lo de la carpintería a medida también suena a la que se hace con unos tablones, en forma de paralelepípedo, y para la que un señor de negro te toma medidas.

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