Si hay un asunto de la política nacional que obsesione al presidente del Gobierno del Principado, Javier Fernández, ése es el de la deriva independentista de Cataluña desatada por Artur Mas. Por eso resulta difícil de entender que el portavoz de Podemos en la Junta General, Emilio León, dijera ayer que "no escuchamos a Javier Fernández decir nada en la campaña catalana, así que no entendemos por qué ahora habla del cupo vasco o navarro".
Que uno de los líderes de la tercera fuerza política asturiana hablé de manera tan frívola, sin haberse informado antes, es muy preocupante. Porque si en algo tan sustancial para la comunidad autónoma muestra Emilio León tal desconocimiento, qué cabrá esperar de su entendimiento de asuntos de menor calado.
Acusar a Javier Fernández de falta de audacia, de atrevimiento, a la hora de valorar la situación de privilegio de Cataluña en la financiación autonómica o de su desastrosa actuación en la contención del déficit público muestra un desconocimiento alarmante de la política asturiana. Y ya va siendo hora de que los diputados del partido de Pablo Iglesias se olviden de las generalidades y se centren en los asuntos específicos, preparen lo que van a decir y dejen de cometer errores infantiles como el de ayer de su grupo parlamentario.
No es sólo hablar del cupo vasco o navarro lo que ha hecho Javier Fernández. No, lo que hace el Gobierno del Principado en el informe remitido al Ministerio de Hacienda (a instancias de éste, por cierto) es pedir una renegociación de dicho cupo (algo que se debería haber realizado hace años). Lo que está en entredicho es la opacidad en el cálculo del cupo, algo fundamental, porque de ello dependerá la aportación de los territorios forales (País Vasco y Navarra) a la solidaridad con otras comunidades (entre ellas Asturias). Y claro que es trascendental para el nuevo modelo de financiación que regiones tan ricas como el País Vasco y Navarra se comprometan más con el resto de España. Como lo es también que Cataluña intente aprovecharse del "proceso" independentista para sacar tajada en la negociación del nuevo sistema de financiación. Puede que no lo sepa Emilio León, pero una y otra actitud han sido denunciadas en repetidas ocasiones por el Ejecutivo asturiano. Porque es una obsesión de su Presidente. Es un hecho, no una interpretación.
