La imagen que ustedes pueden contemplar a la derecha de estas líneas corresponde a unos chalés que nunca existieron. Son los chalés que Luis Bárcenas quería construir en las proximidades de la estación de esquí de Baqueira y que había diseñado "el arquitecto de las estrellas", Joaquín Torres, quien hace cuatro años anunció a través de la revista "Telva" que se había aliado con la galerista María Porto para ofrecer a sus clientes no sólo unos edificios despampanantes por fuera, también llenos de modernidad por dentro.
Si esos chalés soñados por Bárcenas hubieran existido, acaso el tándem formado por el arquitecto de los fulares y la esposa de Francisco Álvarez-Cascos podrían haber dejado su impronta entre las nieves del Valle de Arán. Pero no lo hicieron porque los chalés nunca se construyeron.
El proyecto urbanístico fue un fracaso, tal y como ayer desvelaba el periodista Esteban Urreiztieta en "El Español". En esta aventura empresarial entre las nieves participaba el extesorero del PP, hombre de nevadas patillas, además del diputado popular José Ignacio Llorens, Carlos Madrigal, Alberto Domínguez y Luis García Cereceda, promotor inmobiliario fallecido en 2010 dejando como viuda a Silvia Gómez Cuétara, conocida como "La Divina" y en la actualidad relacionada con el empresario astur-mexicano Juan Antonio Pérez Simón. Como ven, uno se pone a tirar del hilo y se ve que, en ciertos ámbitos, todos están relacionados con todos de alguna u otra manera. Aunque algunos no quieran que se recuerde que existen estas relaciones. Sobre todo, cuando se dice el nombre de Bárcenas y la amnesia de lo que se fue y de lo que se trabajó codo a codo empieza a extenderse, digamos, como la mancha contaminante del "Prestige". Por poner un ejemplo al azar.
Pues bien. Cada uno de los socios de aquel proyecto de nieve y arquitectura de lujo puso 150.000 euros de capital inicial para constituir la empresa, que, a su vez, tomaría un 33% de la promotora encargada de hacer realidad 38 chalés sobre un terreno de 11.900 metros cuadrados. Aunque a ustedes el diseño les parezca más bien el de una caja de puros con la tapa levantada hacia la montaña, cada una de esas chozas se iba a vender al precio de un millón de euros y Luis Bárcenas, según la información publicada ayer, esperaba un beneficio del 200 por ciento. Ya sabrán ustedes que el extesorero del PP sostiene que el dineral de Suiza lo amasó de forma absolutamente legal, gracias a ese toque genial que dice tener para la Bolsa, la compraventa de obras de arte y los negocios cualesquiera en general.
En esta ocasión, el toque mágico no funcionó en absoluto y problemas con las licencias paralizaron el proyecto y llevaron a la promotora al cierre. Hoy existe un pleito por parte del estudio de arquitectos y del diputado popular para recuperar un dinero que se fundió como la nieve...
