Lo vendan como lo vendan, la decisión de Foro (o, para ser más exactos, de Francisco Álvarez-Cascos) de negociar con el Partido Popular una coalición electoral para los comicios del 20 de diciembre es una rendición en toda regla de la formación casquista. Después de casi cinco años de vida (en los que llegaron a ganar unas elecciones y formar gobierno en el Principado) los foristas tiran la toalla y vuelven a la casilla de salida, a la casa madre, al PP. Con todas las condiciones que quieran, es decir, los requisitos que pongan para sentarse a hablar con los populares, lo cierto es que Francisco Álvarez-Cascos se ha tenido que tragar su orgullo y plegarse a los intereses de su gran obsesión (tiene varias), el actual presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy. Este no es el Cascos al que estábamos acostumbrados. Muy mal les deben ir las cosas a él y a Foro para que se haya llegado a esta situación.
Lo cierto es que Foro está en un claro proceso de descomposición. Los datos están ahí, lo dicen todo. De 16 diputados regionales obtenidos en 2011, Cascos pasó a tener 12 en 2012 y sólo tres en el pasado mes de mayo, convirtiéndose en un grupo político prácticamente testimonial. Aunque tiene los mismos parlamentarios que Ciudadanos éste partido cotiza al alza mientras los casquistas van, sin remedio, a la descomposición. He aquí el principal motivo que ha llevado a Foro a plegarse a los intereses del PP. Porque quien sale beneficiado al cien por cien con este posible acuerdo (con la negociación ya le es suficiente) es el partido que lidera Mariano Rajoy. Las encuestas vaticinaban un fracaso del partido de Cascos el 20-D. ¿A quién podrían perjudicar esos votos baldíos foristas? Al PP, sin duda. En este momento, salvo sorpresas, los tiene asegurados.
Ahora también se sabe el por qué de la marcha de dos de los tres diputados autonómicos. Normal. Tras casi cinco años de enfrentamientos permanentes con el PP alguien puede pensar ahora dentro de Foro en dónde queda la coherencia. Una autocrítica, por cierto, que también es válida para el PP. ¿O son tan fáciles de olvidar todas las censuras, los vituperios, las ofensas incluso, de los foristas a Mariano Rajoy y su Gobierno ("pacto del duernu" incluido)?
Una vez más se demuestra que en la política asturiana todo vale. Y luego se quejarán de que los ciudadanos no los entienden.
