La precampaña calienta motores

La peligrosa "operación Kintsugi"

El Kintsugi es un arte japonés que consiste en reparar las fracturas de las piezas de cerámica con resina mezclada con polvo de oro. Las fracturas siguen viéndose, pero al quedar tan embellecida su unión hablan de la historia del objeto y lo enaltecen. Unos buenos resultados electorales el 20-D permitirían a Mercedes Fernández enorgullecerse de la "operación Kintsugi" que ha puesto en marcha. La reparación del jarrón mil veces roto de la derecha asturiana podría darse por buena. Habrá que ver si la Navidad trae regalos o carbón, pero lo cierto es que en una parte del PP, y no desdeñable, hay en estos momentos algo más que, como dice Mercedes Fernández, "algún sentimiento encontrado" ante la alianza con Foro, el partido fundado por Álvarez-Cascos, quien siempre acaba por arruinarles a todos la porcelana.

En la reunión de la junta directiva regional celebrada el jueves en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo esos "sentimientos encontrados" salieron a flote. El término resulta más bien eufemístico: envuelve la estupefacción, el recelo y hasta el temor que existe entre dirigentes y militantes populares frente al abrazo con estos hermanos que hasta hace bien poco los apuñalaban día sí y día también con su monomaniaca denuncia del "pacto del duernu", entre PSOE y PP, y su condena al bipartidismo como origen de la supuesta decadencia de Asturias.

Con discursos aparentemente sintonizados entre sí, salieron a defender las tesis de la presidenta popular el líder gijonés David Medina, el de Carreño, José Ramón Fernández, y la diputada Ángeles Fernández Ahuja. Había que pasar página, cerrar la herida.

¿Pero cómo?, debieron preguntarse la representante de Caso o el de Cangas del Narcea, el exalcalde José Luis Fontaniella, que también tomaron la palabra expresando sus cautelas sobre la coalición. En este último caso, Foro le arrebató la Alcaldía permitiendo que gobernasen IU y el PSOE. Pero no es el único punto de fricción sangrante. En Villaviciosa, la concejala forista gobierna con el PSOE y su distanciamiento con el exalcalde José Manuel Felgueres es algo más que político. En Siero, Foro ha cambiado la liberación de concejales por su respaldo a las ordenanzas fiscales de los socialistas. "Para subirnos los impuestos", denuncian los populares sierenses. Cuanto toca pasar de las musas al teatro, de la firma en la Junta a movilizar a los militantes, el asunto puede complicarse. Hay quien sostiene que no encontrará en su concejo a nadie que quiera ir como interventor en las elecciones con un identificativo en la solapa que diga PP-Foro. Hará falta mucha didáctica.

(Un inciso: cabe pensar que si en esa junta directiva el PP de Oviedo no hizo ninguna enmienda a la coalición es porque si cualquiera de los chicos de Caunedo abre la boca empieza a escucharse "putiferio, putiferio" y mejor ponerse de perfil).

Seguimos: mucha didáctica y más transparencia. Un sector del partido vive en la tiniebla sobre los orígenes de la coalición. Quién la ideó, cómo, dónde, a quién beneficia realmente. Públicamente, los recelosos tendrán que contentarse y respaldar la explicación que dio la presidenta: "El acuerdo nos permite estar en condiciones de sacar muchos votos", dijo Fernández. Pero, en privado, demandan números, prospección electoral consistente. ¿Cuántos votos podrán recuperar los aliados, o cuántos evitarán que se marchen a los emergentes Ciudadanos? ¿Está hecha esa cuenta?, inquieren algunos. Tanto se preguntan, que llegan a coincidir con el análisis de algunos socialistas asturianos: pues igual estamos resucitando a un muerto que se iba a llevar la marea de los nuevos tiempos. Pero se dicen más: hay quien teme que en esta coalición "no todo sea explicable".

Muchos militantes y dirigentes que se mantuvieron fieles al PP durante la escisión casquista están muy preocupados. Porque el viaje hacia la RDA ("Reunificación de la Derecha Asturiana", una ingeniosa y venenosa ocurrencia del consejero socialista Guillermo Martínez) no se termina el 20-D. Después de las elecciones habrá que ver si siguen sintonizados o vuelven a las andadas: "pacto del duernu", etcétera, etcétera. Aunque antes, subrayan los incrédulos, toca la campaña, "y entonces habrá que ver a los grandes dirigentes de Foro pidiendo el voto para Rajoy", dicen los que aún recelan de las bondades de la alianza con los foristas. "Eso tendremos que verlo", añaden.

Hay muchas incógnitas. Tantas como teorías. Una de ellas, la más "espantable" -como diría el presidente Javier Fernández en cualquiera de sus discursos-, es aquella que pinta a los populares asturianos como incautos troyanos que un mal día encuentran a las puertas de sus murallas un enorme caballo de madera que creen regalo de los dioses y lo entran en la ciudad sin saber que, oh funesto destino, ese vientre equino acoge a los más fieros guerreros griegos, que habrán de arrasar la ciudad a sangre y fuego.

Foro es el partido de Cascos y Cascos ya rompió dos veces estrepitosamente el jarrón de la derecha asturiana. Además, en el PP conocen al veterano morlaco y saben que hasta el rabo todo es toro. Por eso, aunque este político trabaje ahora para una empresa de seguridad privada que contrata con la Administración pública, con él toda seguridad es siempre poca.

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