En corto y por derecho

Hasta siempre, Isidro

Isidro Fernández Rozada, presidente y casero del Partido Popular asturiano, representante de los votantes de derecha, ininterrumpidamente, desde 1983 -como diputado autonómico, nacional y senador-, comprueba la diferencia entre la política y "Gran Hermano". En el reality de mierda el que "está nominado" corre peligro de salir del programa. En la política quien sale es el que no está nominado. Y en esas está el gran Isidro, que fue el aficionado al deporte rural "Sidro, el de los bolos" y el llingüista "Sidro, el sobrín de Nemesia" y siempre será el de la retranca, autor de una humorada inmejorable:

-Isidro, ¿tú estás en el PP desde AP?

-Yo estoy en el PP desde Falange.

El reality que mejor le va a Isidro no es "Gran Hermano", sino "Supervivientes". Sobrevivió a tres cascomotos (movimientos políticos de magnitud producidos por Francisco Álvarez-Cascos Fernández). El primero, en los ochenta, cuando ambos pugnaban en Asturias, resuelto con el pacto "Asturias, pa mí; Madrí, pa ti". El segundo, en los noventa cuando tenía de vicepresidente del partido a Sergio Rutilio Marqués Fernández, entonces íntimo amigo de Cascos, al que cedió la candidatura a la Presidencia del Principado. Recién nombrado presidente, Marqués pasó a convertirse en enemigo íntimo de Cascos en una crisis que desembocó en un mordisco al PP de Asturias -que Isidro presidía- que supuso la creación de URAS por el presidente del Principado y sus seguidores. El tercer cascomoto llegó en los diez del nuevo siglo y fue la ruptura de Cascos con el PP, siendo presidente del PP asturiano Ovidio Sánchez Díaz, otro político también en activo desde 1983, ininterrumpidamente, que fue presidente de la Junta General del Principado, diputado regional, diputado nacional, senador e infatigable viajero. De esa última crisis salió Foro Asturias Ciudadanos llevándose un bocado de tiburón de Spielberg del cuerpo del PP. Bien mal lo pasó Rozada en el maremoto de dudas.

Ahora no parece que vaya a repetirse lo que pasó en las anteriores elecciones, cuando la propuesta de lista que partió de Asturias no le incluía y la que regresó, sí. Con la despedida de Isidro, la política dejará de oler a "Agua Brava" y el político podrá dedicarse a la conversación con paisanos de todos los países, a jugar la partida en Valencia de Don Juan y a administrar sus bienes por los que llegó a ser el senador asturiano que más declaraba al IRPF. Hasta siempre, Isidro.

Compartir el artículo

stats