230424LNE ANGEL GONZALEZ 173522080

Amanecer

La luz aún no ha salido de sus dormitorios en Oriente, las nubes ocultan las estrellas cuyo apagado paulatino anticipa el amanecer, y así no hay modo de que los signos del nuevo día le ayuden a uno a emprenderlo con ganas, pero, mientras preparo el desayuno, hay una señal en la casa de enfrente: tras la pared de cristal de la caja de escalera, se mueve en un campo de luz tenue un hombre que limpia los cristales, metido en su trabajo. Sigo sus movimientos, que me parecen diestros y enérgicos, sin el menor apunte de desgana, y de pronto me siendo conmovido por la tarea de la gente que cada mañana prepara el mundo para una nueva jornada, eliminando los rastros que ha dejado a su paso la anterior, una legión casi invisible -los ojos que podrían verla aún están despertando- que rehabilita el orden de las cosas y (remate algo pomposo, aviso) empuja así la rotación de la tierra.

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