Alberto Menéndez

El PP y Ciudadanos

Tras despachar con una coalición el problema electoral que suponía el Foro de Francisco Álvarez-Cascos, el PP asturiano ha centrado su estrategia política a corto plazo en intentar minar las expectativas de Ciudadanos el 20-D. La visita de ayer a la región de la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, no deja lugar a dudas de que su partido no va a escatimar críticas y descalificaciones a la formación que lidera Albert Rivera. El objetivo: asediar a los dirigentes de Ciudadanos, sobre todo a los regionales, en busca del error, de la contradicción, para poder después procurar aprovecharse de su mayor experiencia.

Pero no parece que lo vayan a tener fácil. La dirección nacional del partido naranja es consciente de la inexperiencia de la gran mayoría de sus cuadros, y por eso mismo los deben tener muy aleccionados para que eviten el enfrentamiento, el cara a cara, con sus contrincantes políticos, especialmente con los del PP. Al menos ésa es la imagen que transmiten en Asturias: hablar, lo indispensable, y así meter la pata lo menos posible. El protagonismo absoluto es del líder nacional, de Albert Rivera. Los demás son meros acompañantes. No les importa reconocerlo. Es más, lo resaltan. Están orgullosos de ello.

Hasta el número uno de la lista al Congreso, Ignacio Prendes, respeta a rajatabla las recomendaciones de la cúpula del partido. Y eso que se había acostumbrado a tener un papel relevante en la política asturiana cuando formaba parte de UPyD. Desde hace unos meses ha desaparecido prácticamente de la escena política. Y como él el portavoz parlamentario, Nicanor García.

Por el contrario, los populares están obligados a hablar. Y mucho. Al menos, para explicar las ventajas del pacto con Cascos después de años de descalificaciones permanentes, de incluso insultos.

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