Directora del Instituto Asturiano de la Mujer

El machismo no entiende de formas

Los roles y estereotipos sociales se traducen en una jerarquía que somete a las mujeres a los hombres

"?.y no piense que las crió Dios y las dio al hombre solo para que le guarden la casa, sino también para que le consuelen y alegren. Para que en ella el marido cansado y enojado halle descanso,..."

(La Perfecta Casada, de Fray Luis de León)

Vivimos en una sociedad patriarcal. Y lo hacemos desde tiempo inmemorial, desde que el hombre es hombre y la mujer es mujer. ¿Qué significa esta afirmación? Significa que nuestra sociedad está dividida entre lo que se considera masculino y lo que se define como femenino. Ya desde nuestro nacimiento, incluso antes, se asignan comportamientos y características a niños y a niñas, atendiendo fundamentalmente al criterio de su sexo biológico. Hasta ahí podríamos no apreciar diferencia alguna con el resto de especies animales en las que perviven roles diferentes entre machos y hembras, si no fuera porque el patriarcado, socialmente, no aplica ni otorga el mismo valor a lo que define como masculino que a lo femenino. Los roles y estereotipos que socialmente asociamos a las mujeres no tienen el reconocimiento ni el valor que se concede a las cualidades masculinas, lo que se traduce en una jerarquía que somete a las mujeres a los hombres. Una jerarquía que, además, se convierte en norma, con sus correspondientes sanciones sociales, para quien pretenda salirse de ella. Ese es el porqué de la desigualdad, ese es el principio del machismo.

El machismo no entiende de formas es el lema de la campaña institucional del Gobierno de Asturias, dirigida a toda la sociedad, que invita a reflexionar sobre este fenómeno, tan arraigado que a veces cuesta visualizar y que tanto daño está haciendo a las mujeres. No podemos esperar a la evolución histórica lenta en el avance por la igualdad, debemos acelerar el proceso. La mejor manera para terminar con el machismo, y con el terrorismo que bajo él se practica, es detectarlo en todas sus formas, nombrarlo y denunciarlo continuamente.

Existe un acuerdo unánime entre los expertos, que coinciden en que los hombres recurren a la violencia cuando se desafía su poder o sus privilegios. Resortes del machismo como ideología que sustenta el maltrato y que puede estar presente en multitud de relaciones entre hombres y mujeres, desde relaciones juveniles hasta relaciones esporádicas, pasando por relaciones por medio de las redes sociales o sibilinamente a través de la coacción y la violencia psicológica. A veces se disfraza de negocio lucrativo y produce trata y prostitución donde el cuerpo y el alma de la mujer son la mercancía, otras aparece como una historia de amor en la que el marido anciano mata a su mujer enferma para que no sufra. Todo ello es machismo, todas son formas de violencia sobre la mujer. No hay niveles, no hay justificaciones, ninguna sirve y ninguna se puede aceptar.

Tenemos que ponernos manos a la obra ya. Un reciente estudio elaborado por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género sobre la percepción social de la violencia de género en la adolescencia y la juventud pone de manifiesto que las personas jóvenes perciben menos desigualdades entre hombres y mujeres que el resto de la población. Una de cada tres no identifica los comportamientos de control con violencia de género y considera inevitable o aceptable en algunas circunstancias "controlar los horarios de la pareja", "impedir que vea a su familia o amistades", "no permitir que trabaje o estudie" o "decirle las cosas que puede o no puede hacer". Y lo hacen, y sobre todo lo sufren, las chicas jóvenes y adolescentes.

Una encuesta realizada en 2014 por la Agencia Europea de los Derechos Fundamentales pone sobre la mesa la violencia psicológica, tantas veces difícil de probar y tantas veces llamada "denuncia falsa" por las voces del patriarcado. El 26% de las mujeres españolas soporta comportamientos de control en la pareja, mientras que en la Unión Europea los padece un 35%. El 9% de las mujeres españolas y el 12% de las europeas sufren violencia económica. Los comportamientos abusivos afectan al 23% de la población femenina en España y al 32% de la europea. Además, el 7% en España y el 8% en la UE deben enfrentarse al chantaje o los abusos con los hijos.

Estas son las cifras del machismo que cuantifican las diferentes formas que puede asumir este monstruo todavía fuerte y devastador contra el que estamos luchando. El Día 7 de noviembre, en la Marcha contra la Violencia de Género promovida por el movimiento feminista de nuestro país, las mujeres dijimos basta ya, las mujeres dijimos hasta aquí, ni una más. Y hay que ir más allá, porque este es un trabajo que compete a toda la sociedad: hombres y mujeres, familias e instituciones. Digamos no a ese machismo insoportable que, aún hoy, no entiende de formas.

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