En corto y por derecho

Woody y yo

Natalio Grueso, que fue director general de la Fundación Niemeyer, quiere pasar página haciendo pasar páginas a los demás. A año y medio de publicar su novela "La soledad", publica "Woody Allen: el último genio", 272 páginas sobre Allan Stewart Königsberg que no son una biografía sino un libro cómplice y personal. Personal es más seguro que cómplice cuando se trata de Grueso. En las primeras páginas cuenta que la primera película que vio de Allen fue "Manhattan", en el cine Palladium de Oviedo, que ya no estaba cuando trajo a Woody Allen del aeropuerto de Asturias hasta la capital para que le dieran el premio "Príncipe de Asturias". Cuanto más se ha ido ampliando la denuncia contra él por delito societario en el Juzgado de instrucción n.º 2 de Avilés, más reduce su relación con el cargo. Del currículo que circula por internet actualmente ha desaparecido todo recuerdo del centro cultural avilesino y también las referencias a la Fundación Príncipe de Asturias (ahora Princesa), que quedan incluidas en la frase "la gestión cultural, en cargos de responsabilidad en varias instituciones de prestigio mundial".

Inspirado por el John Lennon, músico, "exbeatle", muerto en Manhattan, Grueso piensa que "la vida empieza a los cuarenta" y en un ex porque el primer cargo que da es el de director del Teatro Español y de Artes Escénicas, donde penó dos años, superfichado por Ana María Botella Serrano, que fue alcaldesa de Madrid, es esposa de José María Aznar López, que fue presidente del Gobierno y del PP y cabo turuta de George W. Bush en la guerra de Irak.

En los recuerdos de Grueso está el Palladium 1979/1980 un día que "Llovía. No podía haber sido de otra manera, y es que a él le encanta la lluvia. La primera vez que lo vi llovía?". Primeras frases, primer capítulo.

La memoria tiene estas cosas, que se atasca. Woody Allen también tiene una frase sobre eso: "Existen dos cosas muy importantes en el mundo: una es el sexo, de la otra no me acuerdo." Parece que la frase trata de sexo pero afecta a la memoria. Allen cumple 80 años y sostiene que "después de los 60 todos pertenecen al sexo débil".

Compartir el artículo

stats