Xuan Xosé Sánchez Vicente

Dos alcaldes y más

La polémica por el reconocimiento a José Manuel Palacio en Gijón

(La culpa -dice la copla- fue de to madre, que dexó la puerta abierta; mía, por meteme dientro; tuya, por estate quieta).

Flaco favor le han hecho a José Manuel Palacio sus amigos, los de XSP (Xixón Sí Puede) y Foro. Sus amigos, por no calcular bien; los de XSP, por fastidiar al PSOE; Foro y la alcaldesa por contentar a XSP. Acaso, tal vez, XSP por querer borrar un nombre religioso.

La verdad es que José Manuel, con quien me unieron un cierto afecto, unas cuantas anécdotas y alguna complicidad, bien merece un recuerdo especial como alcalde, y aun como mártir. Pero de este intento de reconocimiento ha salido un poco malparada su imagen.

Ahora bien, y ya que de "memoria histórica" se trata, bien estaría que los que se dicen progresistas se acordasen también de quien nunca se han acordado, en concreto, de Isidro del Río, el primer alcalde de la II República, siempre preterido en el recuerdo por ser republicano federal y, por tanto, no pertenecer a ninguno de las iglesias actuales.

Aunque, a decir verdad, la mejor forma de memoria histórica sería levantar un monolito (actualizable) con el nombre de todos los alcaldes de la ciudad desde que de ellos se tiene noticia. Sí, sí, he dicho todos, incluido aquel efímero Cecilio Oliver Sobera, que pretendió ordenar el tráfico peatonal por la Cuesta de Begoña (Fernández Vallín), obligando a subir por la derecha (dirección Seis de Agosto a Begoña) y bajar por la otra acera.

Todos, con sus más y sus menos. Son nuestra historia y deberían ser nuestra memoria. El juicio, otra cosa.

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