El argumento según el cual sólo debe cantar el grillo más votado, aunque no tenga mayoría bastante, es falaz, pues si no tiene mayoría los demás grillos lo acallarán. El argumento según el cual lo único que cuenta es que el coro de grillos tenga mayoría, aunque ninguno cante alto, es falaz, pues un coro de voces discordantes dura lo que dura la paciencia del director del coro. Ni uno ni otro argumentos tienen razón si se entienden como dogma. Lo contrario del dogma es el pacto, la búsqueda del encuentro, la cesión, la negociación, el acuerdo. Es un problema, en el fondo, cultural: la cultura española, por desdichada herencia del pasado, es dogmática, excluyente, y cada uno privatiza la verdad. Los tiempos que se avecinan (en realidad ya están ahí) requieren un cambio de cultura política, y si el cambio no tiene lugar lo que saldrá de las próximas elecciones será una jaula de grillos.
