El dicho "El pez grande se come al chico" es cierto pero a medias. En tierra, el carnívoro grande se come al antílope o al ternero, el zorro a la gallina, ésta a la lombriz...; en el aire, el águila se come al córvido, y éste al ratón; el topillo a la lombriz. Y lo mismo en el mar, el pez grande se come al mediano y éste al chico.

El omnívoro ser humano come de todo para sobrevivir y paladear, y también para engordar el bolsillo hasta la obesidad morbosa. A diferencia de los grandes omnívoros animales, los magnates y peces gordos humanos no desdeñan exprimir al pequeño, a la cajera, al operario, al dependiente... pero tienen su punto de mira nutricional en los competidores menores, en el pez medio. Y así las llamadas grandes superficies aspiran a eliminar a las pequeñas y medianas y a los tenderos y comerciantes de toda la vida; los gigas a los megas, los híper a los súper; con sus precios más bajos, sus empleados de ocasión, su capacidad de abrir en días de fiesta y así "ad infinitum". A lo que se añaden las grandes fusiones para entrar en la cofradía de los gigas, y luego comerse entre ellos.

Este ejemplo del comercio es aplicable a la industria, a los servicios, y hasta el ámbito profesional, como las mutuas médicas y los grandes despachos jurídicos que ya asoman, y que contratan a buenos profesionales, de momento bien pagados; algunos, entre los mejores, aún conservan su independencia, pero otros tienen un futuro incierto.

La actual concentración del poder económico y la aceleración exponencial de los tiempos llevan a suponer que el pez medio y el medio grande también sean comidos en unos lustros, con el pobre consuelo de no ser los últimos. Sería ventajoso para la sociedad que calara el pensamiento de que lo mejor para todos, incluidos los ricos, no es cubrirse el riñón para sí mismos y para una o dos generaciones de su progenie, sino aunarse con los demás en preservar una sociedad más justa y equilibrada, que conserve y acreciente el Estado social del que muchos disfrutamos en España por un tiempo, y salvaguarde el bienestar de futuras generaciones de unos y de otros, en vez de tensar la cuerda cada vez más...