Diputado autonómico | de Izquierda Unida

Asturias, en la encrucijada medioambiental

Las carencias del Principado ante los episodios de contaminación e incendios que amenazan el Paraíso Natural

Los inicios de esta décima legislatura en Asturias están siendo difíciles en lo que al medio ambiente se refiere, con un grave problema de contaminación, que afecta a cientos de miles de personas y cuya solución no admite más demora. Desde las famosas nubes de carbón de El Musel, en julio, a las recientes situaciones de prealerta vividas en diferentes ciudades de Asturias, pasando por el cierre de la autopista Y para entrar en Oviedo, los diferentes episodios de contaminación han sido noticia no sólo en los medios de comunicación asturianos, también en los nacionales.

La polución ha sido objeto de debate en numerosas ocasiones en la Junta General, donde ha comparecido una Consejera de Medio Ambiente triunfalista y desorientada, que no ha sido capaz de atajar una situación que al final la ha sobrepasado.

Necesitamos una ley de Protección Ambiental y Prevención de la Contaminación para nuestra Comunidad, que regule los protocolos de actuación y se base en las siguientes premisas:

Mantenimiento de un nivel de calidad ambiental que garantice que las concentraciones de contaminantes de origen humano no tengan efectos ni riesgos significativos sobre la salud de las personas, ni sobre el medio ambiente.

Uso sostenible de los recursos naturales, evitando alcanzar la capacidad de carga del medio ambiente y disociando recursos consumidos y crecimiento económico, mediante un aumento notable de la eficiencia de los sistemas de producción y de la prevención en la generación de residuos.

La protección de la naturaleza y la biodiversidad, garantizando el funcionamiento de los sistemas naturales y restaurándolos cuando fuera necesario, deteniendo la pérdida de biodiversidad, y protegiendo el suelo, el aire y el agua de la contaminación.

Firme también ha de ser la también la posición del Gobierno del Javier Fernández con los focos emisores, a los que se les ha de exigir cumplir la legislación y dónde no caben posturas como las manifestadas recientemente por un dirigente de UGT, que abogaba porque no haya un exceso de celo con el control medioambiental.

Asturias necesita una industria potente, pero moderna, y sostenible, que se asemeje a la de países como Suecia o Noruega, y no a la de países en vías de desarrollo.

A la contaminación se han unido con fuerza durante los últimos días del año los devastadores incendios, que exceden los ámbitos de este artículo y de la Consejería de Medio Ambiente, pero no del Gobierno regional, y que además de dejar en evidencia una nefasta política de prevención forestal y muchas hectáreas de Asturias calcinadas, han empeorado, evidentemente, la calidad del aire.

Contaminación e incendios ponen en entredicho el lema Paraíso Natural, por lo que preservar nuestro medio ambiente es también fundamental para otro importante sector de nuestra economía: el turismo.

Y para terminar de acotar la encrucijada, con el nuevo año se ha de revisar el Plan Estratégico de Residuos. El Gobierno tiene la obligación de buscar una alternativa a la incineración, y aquí, tampoco, caben más demoras.

El año 2016 tiene que ser el de la firmeza y el compromiso con el Paraíso Natural y el Gobierno autonómico no puede seguir tibio ni en posiciones dubitativas o erráticas. Y ya hay una hoja de ruta marcada en el pacto de investidura, a Javier Fernández le toca demostrar la voluntad de cumplimiento de ese acuerdo entre FSA e IU que es, precisamente el que le permite ser Presidente de Asturias.

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