Alberto Menéndez

Adriana Lastra

Estar en la ejecutiva federal socialista liderada por Pedro Sánchez le dio a Adriana Lastra la posibilidad de encabezar la candidatura del PSOE por Asturias en las elecciones generales del pasado 20 de diciembre. Porque nadie en la dirección de la Federación Socialista Asturiana (FSA) puso pegas a que Lastra fuera la cabeza de cartel en los comicios. Era lo lógico: que una persona de la confianza del secretario general ocupase este lugar de privilegio.

Pero lo que cambia la política de una semana a otra. Los resultados del Partido Socialista no fueron, ni mucho menos, los deseados y ahora Adriana Lastra, de ser la dirigente con, quizás, más influencia en la organización asturiana (por detrás, por supuesto, de Javier Fernández), ha pasado a estar enfrentada al aparato de la FSA. Su defensa a ultranza de toda la estrategia elaborada por el equipo de Pedro Sánchez tiene la culpa. Los dirigentes del PSOE asturiano no entienden el porqué de este apoyo sin matices, cuando ellos mantienen una postura mucho más crítica.

Ciertamente, sorprende la actitud de Adriana Lastra, una política que fue promocionada por el secretario general de la FSA, Javier Fernández, que la llevó a la ejecutiva regional del partido y a la Junta General del Principado y, también, posteriormente, la propuso para formar parte de la dirección nacional de la organización en el congreso en el que resultó vencedor Pedro Sánchez.

Adriana Lastra ha apostado muy fuerte por el actual líder del PSOE. Probablemente nadie se lo exigió, sino que lo hizo por propia iniciativa. Y ello puede acabar pasándole factura, tanto en Asturias como en Madrid. Eso sí, si Pedro Sánchez sacase adelante su "Gobierno del cambio" todo sería distinto para ella. Pero si no es así, o si se celebrasen unas nuevas elecciones generales, su futuro político sería incierto. Todo dependería de Javier Fernández.

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