A menudo habréis echado la vista atrás y os habréis parado a pensar por qué. ¿Por qué estudié esa carrera y no otra? ¿Por qué no me planteé irme a estudiar fuera? ¿Qué hubiera pasado si se lo hubiese planteado a mis padres? A los que hayáis nacido en esa generación del "baby boom" probablemente jamás se os hubiese ocurrido plantearos la posibilidad de abandonar el nido y estudiar una carrera diferente, inesperada para tus padres y que provocaría en tus amistades frases llenas de prejuicios y, a la vez, vacías de todo, del tipo: no vas a encontrar trabajo. Los que por el contrario sí lo hayáis hecho: enhorabuena. Enhorabuena por ser valientes y luchar por lo que de verdad queríais, enhorabuena por no rendiros. Sin embargo, los años pasan. Las generaciones se suceden y los que nos encontramos en esa denominada "generación Z" tenemos en nuestras manos la posibilidad de cursar infinidad de grados que hace años tacharían por loco a quien se sintiese atraído por ellos. Somos aquella generación virtual capaz de manejar al menos dos lenguas. Tenemos ansia por conocer, ansia por cambiar el mundo, ansia por aprender, pero ¿cómo hacerlo si no nos lo permitís? Crecemos con todo hecho, no nos falta nada. Es entonces cuando llegas al último año de Bachillerato y dices: y ahora ¿qué? ¿Qué hago con mi vida? Pues bien, dejadnos tiempo. Tiempo de meditación, tiempo de reflexión para sacar pros y contras. Y cuando encontremos ese algo para nuestro futuro que nos ilusione, nos entusiasme y nos llene, cuando encontremos el lugar perfecto donde llevar a cabo ese sueño que nos convertirá en perfectos profesionales y humanistas del mañana, entonces, dejadnos cumplirlo. Dejadnos seguir ese sueño, dejadnos perseguir esa primera gran decisión que nos cambiará la vida y nos hará felices o, por lo menos, dadnos el gusto de poder equivocarnos. Será inútil que intentéis planificarnos la vida. Recordad lo que viene después del título: "iuvenes dum sumus". Sé que no será fácil para ninguno, pero confíen en nosotros. A veces sólo se trata de eso, confianza.