El alcalde de Oviedo, el socialista Wenceslao López, ha declarado que "gobernar Oviedo es casi un orgasmo permanente", porque todos los días pasa algo. Siempre se ha hablado de la erótica del poder, pero nunca de forma tan explícita como lo ha hecho el regidor ovetense. Si tener un tercio del gobierno en la capital asturiana lleva a tales éxtasis, ¿qué no será gobernar España? No es de extrañar que si Pedro Sánchez ha leído la declaración de Wenceslao López se lance a buscar aliados como sea para llegar a ser presidente.
Algo tendrá la Alcaldía de Oviedo, porque recuerden que el anterior en el cargo, el popular Agustín Iglesias Caunedo, ya dijo aquello de que quería "un Oviedo sexy", aunque por lo que se ve las satisfacciones diarias se las lleva el que fue uno de sus contrincantes electorales. A veces, se sabe, uno prepara el terreno, pero el goce se lo lleva otro.
La duda está en si, dadas las relaciones tormentosas que se viven en el tripartito, los orgasmos diarios del Alcalde son fruto del amor bien avenido o de cierta querencia masoquista.
