Diputada de Podemos

Lecciones del "Petromocho" y del repago geriátrico

Carta abierta de Podemos a Juan Luis Rodríguez Vigil sobre la polémica deuda con las residencias de ancianos públicas

"Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no digas nada". No pude evitar acordarme de ese proverbio cuando aseguró usted, señor Vigil, en las páginas de este mismo periódico, que era "una sinvergonzonería" que las familias no "quisieran pagar" la deuda con los geriátricos del ERA. Sospecho que usted no ha hablado con ninguna de las familias afectadas por el ya conocido como "repago geriátrico". Llevo semanas reuniéndome con cientos de familias, y todas quieren pagar hasta el último céntimo de sus deudas, pero ni uno más de lo que les corresponda. Parece justo. Como dijo el Defensor del Paciente, "es muy humillante que una persona tenga casi que pedir limosna para tener el derecho fundamental a la salud". En algunos casos, el gobierno del PSOE exige hasta 100.000 euros a los familiares de usuarios de geriátricos públicos. ¿Sabía usted, señor Vigil, que las camas en los geriátricos públicos llegaban a costar, según la deuda reclamada, más de 800 euros? ¿Cree usted que una persona con una pensión de 600 euros firmaría un contrato en el que la cama le cuesta más que el total de sus ingresos? Muchas familias temen haber firmado el mismo tipo de "letra pequeña" que arruinó a los estafados por las preferentes. La misma "letra pequeña" que usted no supo ver cuando firmó el timo del "Petromocho".

Y es que usted mejor que nadie debería saber lo que significa ser víctima de una estafa. Sin duda recuerda a Maurice Jean-Lauze, aquel hombre que en 1993 se presentó como intermediario del Banco Internacional Saudí, y se comprometió a instalar una refinería petroquímica en Asturias. Usted, señor Vigil, anunció aquel proyecto como una de las mayores inversiones industriales jamás realizadas en España, que iba a recibir más de 1.000 millones de pesetas en subvenciones públicas. Si su gobierno se hubiera molestado en comprobar la identidad de Lauze, o en corroborar su historia, no habrían tardado en descubrir que era un estafador. De hecho, los medios de comunicación revelaron, a la semana de publicarse su acuerdo con Lauze, que la refinería proyectada era el "timo de la estampita". O del "tocomocho". La prensa asturiana desmontó una tras otra todas las coartadas del Gobierno hasta que se vio usted obligado a dimitir.

Digamos que fue usted, cuando menos, ingenuo. Que su gobierno no leyó la "letra pequeña". A todos nos pueden engañar, incluso a los gobiernos. ¿Por qué no aplica usted esa misma generosidad con las víctimas de la estafa de las residencias geriátricas del ERA? ¿Por qué estas familias han tenido que padecer en silencio una injusticia que se destapó en las páginas de este periódico, y que solo el empeño de Podemos Asturies y de los colectivos de afectados ha llevado a las instituciones? El gobierno del PSOE admite ahora "irregularidades" en los expedientes, pero se niega a realizar una auditoría, la única fórmula que permitiría depurar responsabilidades. De momento, Pilar Varela reconoce que no menos de 10 millones de euros reclamados ya habrían prescrito. Creo que no hace falta que aclare la extrema gravedad de tales "irregularidades".

Pero, como dijo la propia consejera Varela, "lo público no sale gratis". Creo que eso lo sabe usted perfectamente, señor Vigil: su puesto en el Consejo Consultivo del Gobierno de la FSA le cuesta 67.000 euros a los asturianos. Quizá pecase de ingenuo cuando le colaron el timo del "Petromocho", pero no tuvo problemas para reciclarse en un puesto público con un sueldo al que la inmensa mayoría de este país no puede aspirar. A la hora de cobrar, no es usted ningún pardillo. Recibe 4.500 euros mensuales a cuenta de los impuestos de todos los asturianos, pero se permite insultar a las familias de los afectados. Quizá no lo sepa, porque lleva 30 años viviendo de las instituciones, pero la gente, ahí fuera, en el mundo real, tiene problemas económicos, y el gobierno de su partido podría arruinar la vida de miles de familias. Ya que no tiene usted el valor de mirar a los ojos a los estafados por el repago geriátrico, tenga al menos la decencia de no estropear el silencio.

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