"El que esté libre de pecado que tire la primera piedra", sentenciaba el actual delegado del Gobierno, el pasado domingo, al respecto de los retrasos en la Variante de Pajares.
"La naturaleza a veces se revuelve", añadía para justificar la casi paralización de sus obras. Entendiendo, en buena medida, la necesaria defensa, que está obligado a hacer de la gestión del actual Gobierno del Partido Popular, no tengo más remedio que realizar algunas precisiones.
Para empezar sobre las sorpresas que depara la geología a obras como la mencionada. Todas ellas eran conocidas al tomar posesión el presidente Rajoy y la ministra Pastor. La excavación de los túneles finalizó en 2009 y con ella todo lo inesperado. Desde 2010 las prioridades estaban establecidas y estudiadas: atajar filtraciones, resolver los deslizamientos y ejecutar las instalaciones ferroviarias.
En ninguna de las tres se logró avanzar significativamente en estos últimos cuatro años. Y, sin embargo, se sucedieron los anuncios de su puesta en funcionamiento, aunque fuera tuerta. El presidente Rajoy, en el Congreso, indicando que se abriría en 2014. La Ministra y diversos responsables del PP asturiano en diferentes momentos y con especial intensidad el pasado otoño: a finales de este año 2015 "los ciudadanos asturianos podrán estar en Madrid en poco más de tres horas".
La razón es evidente. La Variante de Pajares nunca estuvo entre las prioridades del actual Gobierno de España. La inversión que le dedicaron lo demuestra. Entre 2005 y 2011 se invirtió en la misma 367 millones de euros al año, pero entre 2012 y 2015 solo 122,5 millones de euros, la tercera parte. Ni tan siquiera recibieron las obras lo que los PGE le dedicaban. En 2012 no se ejecutaron 112,9 millones de euros de los 180,5 millones de euros que se presupuestaron. El dinero se concentró en otros territorios.
Comprenderás, por ello, respetado Delegado, que te lance esta piedra. En sentido totalmente metafórico y sin intención alguna de alterar el orden público. Reconociendo los aciertos y errores que cada Gobierno tiene en su construcción. Pero, sobre todo, con el propósito de establecer que "a la naturaleza lo que es de la naturaleza y al Gobierno lo que del Gobierno es".
