Alberto Menéndez

Juegos de distracción

Para seguir en la dinámica que están más valdría que los partidos políticos asturianos dejaran de hacer ofertas y contraofertas de negociación. Los ciudadanos ya están hartos de la especie de representación teatral en la que se ha convertido la Junta General del Principado. Lo mejor que podrían hacer los grupos parlamentarios sería no hablar más de diálogo y de posibles acuerdos hasta que se solucione el problema de la gobernabilidad de España o se celebren unas nuevas elecciones generales en junio.

Desde que se celebraran las elecciones autonómicas hace casi diez meses ha habido muchas declaraciones, excesivas, de los políticos asturianos. Pero nada más, si se exceptúa el pacto alcanzado al comienzo de la legislatura por el PSOE e IU, totalmente insuficiente para dar estabilidad al Gobierno del socialista Javier Fernández: 19 votos, cuando la mayoría absoluta de la Cámara está en 23.

Durante todo este tiempo el jefe del Ejecutivo autonómico se ha venido decantando una y otra vez por un acercamiento a Podemos. Y reiteradamente ha recibido la negativa de los dirigentes regionales de la formación morada. En los últimos días ha vuelto a pasar. A la llamada al diálogo sobre la política fiscal realizada por Fernández han respondido con la exigencia de una bajada de impuestos, desmarcándose, además, de los nuevos tributos pactados por PSOE e IU. Es decir, que a Podemos no le sirve nada de lo acordado hace ya varios meses por los otros dos partidos de izquierda. Ciertamente en este campo de la Hacienda los seguidores de Pablo Iglesias en la región parecen alinearse más con el equipo que conforman el PP, Ciudadanos y Foro que con el de los socialistas y la coalición de izquierda.

Los hechos, al menos por ahora, no dejan lugar a dudas: no es que el pacto entre el PSOE y Podemos sea imposible, es que lo es hasta la negociación. ¿O no hubiera sido más normal que el grupo político que lidera Emilio León hubiera esperado a la celebración de una reunión con los socialistas para trasladar sus planteamientos y ver si en un toma y daca era posible limar diferencias? Pero han apostado, otra vez más, por romper con el PSOE sin ni siquiera sentarse a hablar.

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