No engañar a la ciudadanía, ir con la verdad por delante, ése es, o al menos era, uno de los grandes objetivos que se habían marcado los partidos emergentes, una de sus grandes bazas electorales. No caer en los mismos errores de los partidos tradicionales. Pero, claro, una cosa es la teoría y otra la práctica, la realidad diaria. Y sí, aunque llevan muy poco tiempo de actividad en las instituciones, ya hay ejemplos de sobra que demuestran que la nueva política no lo es tanto, y que las formaciones de nueva creación adquieren muy rápidamente los vicios de las tradicionales.
Bien es cierto que no es lo mismo Ciudadanos que Podemos. El partido naranja, por su propia idiosincrasia, basada en un porcentaje muy elevado en la figura de su fundador y líder, Albert Rivera, está menos expuesto a los conflictos internos que el grupo que encabeza Pablo Iglesias, al menos, mientras vayan con el viento a favor y logren mantener un cierto protagonismo.
Podemos está atravesando una profunda crisis, pero, y ahí está su gran contradicción, en lugar de reconocerlo abiertamente y poner así en práctica la tan esperada nueva política, lo niegan y lo achacan todo a una campaña mediática en colaboración con el PSOE. No es fácil de entender, pero es lo que argumentan. Pero lo cierto es que Iglesias destituyó el martes al "número tres" de la formación, Sergio Pascual Peña. Lo hizo sólo cuatro días después de que el secretario de organización eliminado declarase en Oviedo que "cuanto más intentan dividirnos, más fuertes estamos; en Podemos hay unidad monolítica". ¿Son o no son estas palabras política antigua? ¿Son unas declaraciones sinceras? ¿O son más de lo mismo, de lo de siempre, es decir, de tapar la verdad? Porque si realmente Pascual desconocía cuál era la situación interna del partido es lógico que Iglesias lo destituyera de forma fulminante por incompetente, por no enterarse de nada.
No estaría de más, por cierto, que los dirigentes regionales de Podemos, dentro de la política de transparencia que pregonan, se pronunciaran sinceramente sobre lo que está pasando en la organización y los golpes de autoridad de Pablo Iglesias.
