Catedrático de Química Física

Aulas y laboratorios del siglo XXI

El objetivo de lograr vínculos permanentes del alumnado con la institución

Mi vinculación a la Universidad de Oviedo, como profesor, se produjo cuando hace más de 35 años, a finales de 1980, mis apreciados profesores, ambos desgraciadamente fallecidos, Lorenzo Pueyo y Fermín Gómez Beltrán, me comunicaron mi selección para ocupar una plaza de profesor ayudante (PNN) en el Área de Química Física. Este hecho marcó el comienzo de mi actividad como profesor universitario que me ha permitido acumular ideas y experiencias, especialmente como vicerrector de Investigación de 2008 a 2012, que a mi juicio podrían hacer mejorar el funcionamiento, el prestigio y la relevancia de nuestra universidad.

Por esa razón, y porque me considero capaz de aglutinar un buen equipo de trabajo, decidí, hace ya un tiempo, presentar mi candidatura al rectorado. La forma en la que se venían preparando las campañas electorales en la universidad me pareció obsoleta y decidí abordar la mía de forma diferente. Así que me decidí por un proceso al que calificaría de tremendamente participativo. Durante más de un año, he visitado a más de mil personas de todos los colectivos de la universidad. Hemos confrontado ideas, depurando y mejorando las de partida.

Hemos conformado un grupo de colaboradores cercano al centenar para ayudarme en la preparación de ideas, propuestas y líneas de actuación programáticas. Todo ello, con mucho trabajo interno, dentro de la universidad y sin hacer alarde, intencionadamente, en los medios de comunicación, observando necesidades, diferentes puntos de vista y en muchos casos, discutiendo con intensidad.

El equipo que coordino se presenta a las elecciones para aportar el necesario impulso a una universidad que se manifiesta desmotivada, en parte por el gobierno de un equipo rectoral distante y agotado en ideas. Es necesario renovar objetivos e ilusiones, para conseguir que la universidad reivindique su papel, insustituible, como motor de progreso en el Principado de Asturias. Tanto a través de la formación de profesionales y académicos, su principal objetivo, como de la recuperación del liderazgo social y el protagonismo que le corresponde en el desarrollo del ecosistema de Investigación, Desarrollo e innovación de nuestra comunidad autónoma, con una mejor posición en el contexto nacional e internacional.

Para lograrlo, el primero de los ámbitos a mejorar es la transparencia. Obviamente deberemos presentar publica y detalladamente nuestras cuentas, porque el rigor presupuestario debe de ser una máxima. Debemos demostrar que somos un activo clave y no un centro de gasto, socialmente necesarios, muy útiles y extraordinariamente rentables.

Otro de los aspectos clave será dar un impulso claro a la calidad tanto de nuestra docencia como de nuestra investigación y transferencia tecnológica. Deberemos trabajar por dotar a nuestras aulas y laboratorios del nivel que corresponde a una universidad del siglo XXI y ser atractivos como centro de enseñanza superior.

El objetivo de conseguir la mejor formación de las personas debe de ser una obsesión para la institución. Y para ello, nuestros docentes deben contar con los elementos necesarios para llevar a cabo su actividad, tanto recursos materiales, nuevas tecnologías y medios audiovisuales, como programas de formación y actualización docente. No debemos permitir situaciones de precariedad en las condiciones básicas de trabajo, y situaciones como las vividas por los estudiantes, con abrigo en las aulas, deberán ser desterradas.

El compromiso de los universitarios con su universidad debe ser un vínculo permanente que se adquiere cuando se accede a la universidad y debería mantenerse a través de mecanismos de fidelización activa. Para conseguir una convivencia más intensa en los campus, nuestros estudiantes, ellas y ellos deben contar con una atención y unos servicios adecuados para que la vida en las áreas universitarias resulte atractiva. Trabajaremos desde la complicidad idiomática hasta la práctica deportiva.

Interpretaremos el término egresado como emancipado más que como separado, ya que queremos que se lleve con orgullo para siempre el pertenecer a la Universidad de Oviedo. Ofreceremos a los estudiantes las condiciones óptimas para que todos finalicen sus estudios en esta universidad.

En el plano investigador y de transferencia, la dotación de unos recursos básicos garantizados ha de ser la chispa de arranque de muchos de nuestros investigadores y grupos de investigación. Estos contarán con la ayuda y el impulso de gestores de apoyo que gestionen sus proyectos y contratos y que dinamicen, al mismo tiempo, el proceso de consecución de recursos financieros.

Paralelamente, deberemos modernizar gradualmente nuestros procedimientos de gestión, que nos impiden ser efectivos, aprovechando la experiencia y la dedicación probada de nuestros PAS. Es necesario desarrollar las nuevas herramientas informáticas de forma planificada y estratégica, implantaremos la administración electrónica, descentralizaremos cuando sea posible y trabajaremos en definir unos procesos de gestión que sean claros para estudiantes, académicos y personal de administración y servicios.

Con la idea de desarrollar estas propuestas, y otras muchas que iremos desvelando, nos presentamos ofreciendo trabajo en equipo, cercanía y eficiencia para llevar adelante un proyecto con vocación de futuro que nos impulse a alcanzar nuevos retos.

Para esta tarea contaremos con un equipo de gobierno solvente y motivado, con un alumnado entusiasta e ilusionado con su futuro, con una plantilla de personal de administración y servicios comprometida y bien formada, y un profesorado de primer nivel docente e investigador, capaz de liderar los procesos de formación y desarrollar una investigación competitiva.

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