Catedrático de | Bioquímica

Otra Universidad es posible

Un proyecto que pretende servir para la modernización y progreso de la región

En estas elecciones con cuatro candidatos a Rector se confrontan dos modelos de Universidad: el que hemos venido padeciendo y el que nosotros propugnamos. Conviene recordar que uno de los candidatos ha sido designado por el rector como sucesor y continuador de su modelo. Otro de ellos, como vicerrector en el equipo del actual rector, declaraba: "Mi nombramiento es una decisión desde el comienzo del proyecto porque yo siempre fui parte del proyecto". Frente al modelo anterior, el de los que han creado una universidad más pequeña, más pobre, más oscura y más arbitraria vamos a hacer una Universidad abierta a la sociedad, transparente e integradora, que estabilice a los profesores, que promocione a su personal, que rescate el valor de la docencia y se abra al mundo, especialmente al mundo iberoamericano.

El equipo que encabezo es lo suficientemente heterogéneo en edad y formación como para garantizar ese cambio. No habrá parcelas abandonadas. Para la regeneración urgente que necesitamos, aspiramos a que todo funcione de forma transparente. Lo quiero subrayar: contaremos con la participación de todos porque todos tienen mucho que aportar. Mi talante abierto y democrático, mi apuesta por el trabajo en equipo y mi propia trayectoria me avalan para poder garantizar que el oscurantismo y las arbitrariedades estarán desterrados desde el minuto uno de nuestra gestión. Si soy elegido voy a liderar una auténtica transformación de nuestra Universidad.

Para empezar quisiera dejar constancia de nuestro compromiso con una política de género en favor de la integración completa de las mujeres. Y además con una política cultural comprometida con la realidad de nuestro entorno, incluida la lengua asturiana, que tiene que dejar de ser fuente de enfrentamientos estériles y ser tratada como parte esencial de nuestro patrimonio cultural, que debe utilizarse y promocionarse en y desde la Universidad.

Es absolutamente necesario plantear un proyecto estratégico para que nuestra Universidad pueda servir mejor a la modernización y al progreso de Asturias. Pero no queremos sustituir a las instituciones municipales y regionales elegidas por los asturianos para decidir dónde colocar campus o facultades. Nuestra labor debe ser colaborar lealmente con ellas para reorganizar y hacer más funcionales nuestros espacios. Y respecto a las nuevas titulaciones, creemos que éste es un debate que afecta también a la comunidad entera y es con ella y sus representantes con quienes toca discutir y acordar al respecto.

Nuestra Universidad no puede ser concebida únicamente como un centro de formación profesional superior ni como un vivero de empresas, como propone otro de los candidatos, sino como un espacio de desarrollo del talento y creatividad de sus miembros, al servicio del desarrollo integral de Asturias. De ahí la consideración de las humanidades y las ciencias sociales como esenciales.

Nos proponemos devolver la vida universitaria a los estudiantes, que hoy viven de espaldas a nuestra institución. Creemos que los universitarios tienen el derecho a una vida social y cultural que últimamente se les ha hurtado y que podemos ayudar a restituir. Para ello cambiaremos el modelo de gestión de servicios universitarios como las bibliotecas o el servicio de deportes, que ahora cierran sus puertas cuando más se necesita.

La Universidad de Oviedo tiene una deuda con un grupo de profesores que durante estos años han trabajado como "falsos asociados", con salarios de vergüenza. Por ello garantizaremos su estabilidad, trataremos de superar el modelo actual de contratos basura y les liberaremos de esa sobrecarga docente que les impide investigar. Estableceremos un límite máximo de 24 créditos de dedicación docente sin afectar a las reducciones actuales. Y recuperaremos la figura de Profesor Asociado en su justo término. A la vez, liberaremos a nuestros profesores de una gran parte de las tareas burocráticas a las que se ven sometidos abordando una importante reforma de las estructuras administrativas.

La rigidez normativa suele ser inoperante y causante de frustración. Por eso es importante que los Centros, Departamentos e Institutos Universitarios tengan autonomía. Son ellos los que conocen sus particularidades y la cercanía a los administrados es una fuente de agilidad. Esto se ha puesto en evidencia con la centralización de los estudios de postgrado, por lo que promoveremos su descentralización hacia los Centros, Departamentos e Institutos que los imparten. Respecto a los Centros, cambiaremos el modelo de relación vigente entre el rectorado y los campus de Mieres y de Gijón que, pese a ser dignos del máximo reconocimiento, carecen de voz propia en los órganos de gobierno de la Universidad.

Para garantizar la calidad de los servicios administrativos, consensuaremos con el Personal de Administración y Servicios la remodelación de la RPT con criterios funcionales. En este sentido es muy importante garantizar la promoción del PAS con criterios rigurosos y transparentes, con evaluaciones objetivas, acabando así con el clientelismo que ha caracterizado al anterior equipo rectoral.

Todo ello lo queremos hacer abriendo de una vez la Universidad a la sociedad asturiana a la que se debe. Esto pasa por potenciar al Consejo Social, incorporar a nuestra Universidad todo el capital profesional y técnico de la región y convertirla en el foro donde se expresen las mejores iniciativas que puedan servir a la región y que impulsen la dinamización intelectual, social y económica que necesitamos para que Asturias vuelva a ser la región dinámica, ilustrada y abierta al mundo que siempre fue.

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