Diputado regional del PP

La penitencia de elegir colegio con los socialistas

Los prejuicios ideológicos del Gobierno regional que trastornan la conciliación familiar y laboral

Cada año, por estas fechas, muchos padres asturianos con hijos en edad escolar afrontan una penitencia digna de la Semana Santa. Es en lo que acaba convirtiéndose un proceso de matriculación cuando se anteponen los callejeros a las necesidades de las familias. Cuando no se les deja elegir el colegio al que quieren llevar a sus niños. Como ocurre en Asturias, donde el gobierno regional, por los prejuicios ideológicos que tanto caracterizan a los socialistas, imponen un sistema educativo que trastorna más que facilita la conciliación de la vida familiar y laboral.

El gobierno socialista asturiano decidió hace muchos años que la mejor manera de distribuir a los alumnos por colegios es aplicando un criterio zonal. Es decir, los padres tienen que matricular a sus hijos en los centros escolares que impone la administración según su domicilio o su lugar de trabajo. No importa que ningún estudio, informe o dato avalen que ese criterio es mejor que cualquier otro. Ni mucho menos lo que tienen que decir las familias. Lo que les conviene o no.

En el Partido Popular estamos convencidos de que ahorraríamos muchos quebraderos de cabeza a los padres si pudiesen elegir libremente el centro escolar de sus hijos. Apostamos por lo que se conoce como "distrito único" o "zona única". ¿Y por qué? Por una cuestión de puro sentido común: cada familia sabe mejor que nadie cuáles son sus necesidades o preferencias educativas, sin que los socialistas les organicen -o mal organicen- su vida.

¿Y si a una pareja le viene mejor llevar a su hijo al colegio más cercano al domicilio de sus abuelos? ¿Y si prefieren un centro escolar fuerte en idiomas o en deportes? ¿O un colegio preparado para incorporación de alumnos con necesidades especiales? En la red pública y concertada no pueden elegir, lo que, cada año, provoca situaciones que rozan el absurdo. Y no nos engañemos. O mejor dicho, que no nos engañen: con sus rígidos criterios intervencionistas, el gobierno regional no persigue la calidad educativa.

Está demostrado, de hecho, que cuando las familias pueden elegir libremente el colegio de sus hijos, los centros escolares tienden a especializarse y mejorar su oferta educativa. Unos apostarán por unas instalaciones de alta calidad, otros por las nuevas tecnologías, otros por un programa de actividades extraescolares que les diferencie, otros por los idiomas, otros por nuevas técnicas pedagógicas, otros por las actividades deportivas?

Buena parte de la izquierda rechaza este planteamiento con la absurda y simplona pregunta: "¿Y si todos las familias eligieran el mismo colegio?", concluyendo que sería inviable su aplicación. Dicho argumento va acompañado de la mentira de rigor: "Este sistema produce guetos educativos entre niños de familias ricas y pobres". Pues bien, basta con echar un vistazo a los territorios españoles o europeos donde se aplica este sistema para comprobar que no se produce ningún colapso, porque no todos los padres tienen ni las mismas necesidades ni las mismas preferencias educativas y, por tanto, no eligen el mismo colegio para sus hijos. En cuanto a los guetos, eso es precisamente lo que propicia el sistema socialista de distribuir al alumnado a golpe de padrón y no la libertad de elección de centro educativo que reivindica el Partido Popular para todas las familias asturianas.

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